martes, 30 de junio de 2009

Como si fueran remos


Un paseo por la vida y pocos poemas
de CHARLES BAUDELAIRE
(Francia, 1821-1867)


1821.- En París, el 9 de abril nace Charles-Pierre Baudelaire (curiosamente la única fuente que diside con la mencionada es la que aporta Théophile Gautier, quien fecha el nacimiento de su amigo el 21 de abril) en la calle Hautefeuille Nº 13 (actual sede de la editorial Hachette). Es bautizado el 7 de junio del mismo año en la iglesia de Saint-Sulpice de la capital.
En el London Magazine se publica Confessions of an english Opium-eater de Thomas de Quincey.
1827.- El 10 de febrero fallece a los 68 años el padre de Charles, Joseph-François Baudelaire. El pequeño Charles, de sólo 6 años, permanece junto a su madre por 20 meses en la casa de Neuilly.
Edgar Poe: El Tamerlán y otros poemas. Muere William Blake.
1840/1.- Charles se matricula en la Facultad de Derecho de París. Conoce a Gérard de Nerval, a Balzac y a otros escritores. Época de despilfarro y orgías. Por estos días escribe su propio epitafio:

"Yace aquí quien por haber amado demasiado a las zorras,
Descendió joven aún al reino de los topos".

1847.- Charles vive con Jeanne Duval. En enero se publica La Fanfarlo en el Bulletin de la société des Gens de Lettres con un estilo influenciado por Balzac y donde el personaje Samuel Cramer, como señalara anteriormente, tiene rasgos de personalidad de Baudelaire. Conoce a Poe leyendo El Gato Negro. Courbet pinta a Charles (El Hombre de la Pipa).
1848.- 22 de febrero, Charles participa de la revolución que derroca a Luis Felipe y contempla como un guardia mata de un golpe de bayoneta a un indefenso. El 24 está en las barricadas con fusil en mano. Días mas tarde, funda con unos amigos (Champfleury y Toubin) un diario de los muchos del momento. Él mismo, con blusa blanca, vende ejemplares por la calle. Sólo salen dos números. Luego se desempeña como secretario de redacción de Tribune Nationale, periódico republicano. El 15 de julio, publica la primera traducción de Poe hecha por Charles en La Liberté de Penser: Révélation Magnétique. Octubre lo sorprende como redactor en jefe de un diario conservador: Le Représentant de l’Indre. Se publica en L’Echo des merchands de vin: Le vin de l’assassin.
1850.- Baudelaire hace copiar sus poemas en "dos volúmenes en cartoné y dorados" por el calígrafo Palis. Baudelaire es presentado a Madame Sabatier por Théophile Gautier. En octubre, aparecen en Le Magasin des families unos poemas mientras se anuncia la aparición próxima de Les Limbes (más tarde Les Fleurs du Mal).
1853.- Charles traduce El Cuervo de Poe en L’Artiste y es publicado el 1º de marzo. Hace lo propio con otro texto de ese hermano lejano: Philosophie de l’ameublement. Este texto se inserta en Le Monde Littéraire del 27 de marzo. La misma publicación se encarga de publicar el 17 de abril el ensayo Morale du Joujou (La Moral del Juguete). El 3 de marzo le escribe una carta a Madame Sabatier y se la envía con el poema Réversibilité. El gran Ulyses Petit de Murat tradujo así los primeros versos en la mejor prosa:

"Angel lleno de alegrías, ¿conoces la angustia, la vergüenza, los remordimientos, los sollozos, el hastío y los vagos terrores de esas noches espantosas, que comprimen el corazón como un papel que uno arruga? Angel lleno de alegría, ¿conoces tú la angustia?".

1857.- El 4 de febrero envía los manuscritos de Les Fleurs du Mal. El 8 de marzo aparecen las Nouvelles Histoires Extraordinaires (Nuevas Historias Extraordinarias) de Edgar Poe traducidas por Baudelaire. El 28 de abril fallece su padrastro, el general Aupick y su madre se muda a Honfleur de inmediato. El 25 de junio sale por a la venta la edición 1º de Les Fleurs du Mal. Al parecer, Le Fígaro tiene un plantel incansable de talentos reconocedores del buen arte y esta vez, el 5 de julio y bajo la firma de un tal Gusteve Bourdin, en la sección Ceci et Cela (de aquí y de allá), aparece la siguiente crítica: "...en estos versos lo odioso se codea con lo innoble, lo repugnante se alía a lo infecto...". Supongo que una persona capaz de semejantes apreciaciones idiotas, debe haber creído seriamente que sus líneas eran, en el mejor de los sentidos, crítica literaria. Lo cierto que esa basura le trajo a Charles dolores de cabeza en forma de demandas judiciales. El 11 de julio, Baudelaire le escribe a Poulet-Malassis informándole del embargo de los ejemplares en venta en París. El 18 de agosto le escribe a Madame Sabatier pidiéndole si le era posible intervenir ante los jueces en su favor. 20 de agosto, audiencia pública en la sexta Cámara Correccional. Resultado: Condena al autor a pagar 300 francos de multa y al editor 200 francos por ultraje a la moral pública y a las buenas costumbre; supresión de seis poemas: "Las Alhajas", "El Leteo", "A la que es Demasiado Alegre"; "Lesbos", "Mujeres Condenadas" y "La Metamorfosis del Vampiro".
El 24 de agosto aparecen en Le Présent "Seis poemas nocturnos" (poemas en prosa). El 30 del mismo mes, tiene por fin a Madame Sabatier. Curiosamente, al día siguiente, todo ha terminado. Dice ella: "Mi cólera era bien legítima. ¿Qué debía suponer cuando te veía huir de mis caricias, si no es que pensabas en la otra cuya alma y cara negras venían a interponerse entre nosotros? En fin, me siento humillada y rebajada. Sin el respeto que tengo por mí misma, te injuriaría." El 18 de octubre, publica en L' Artiste, un artículo sobre Madame Bovary. En noviembre se publica en Le Présent y en la Revue européenne algunos poemas.
1864.- Aparecen los primeros seis poemas en prosa en Le Fígaro, el 7 y el 14 de febrero, con el título de Le Spleen. El siempre imbécil Villemessant, aquel responsable en Le Fígaro de aquella crítica patética publicada a propósito de la aparición de Les Fleurs du Mal por su yerno Bourdin, ahora dice: "Sus poemas aburren a todo el mundo". (...) Baudelaire se va a probar suerte a Bélgica el 24 de abril y se instala en Bruselas, donde espera la comprensión de los belgas. Programa conferencias y comienza con una sobre Eugène Delacroix. Esta tuvo lugar el 2 de mayo: no había prácticamente nadie. A pesar de ello, un informe del encargado de la sección Bellas Artes del Independence Belge es sumamente favorable. Prueba ahora suerte hablando sobre Théophile Gautier. Cuenta Porche que la asistencia no excedía la veintena y que al finalizar la charla, quedaban 3 personas. Otro fracaso. Así paso con la tercera hasta que en otro encuentro, al poco tiempo de comenzada la charla, se puso de pie y grito "Basta con esto". Toma la decisión de ser justificadamente agredido: Ríe, bebe y dice a su auditorio que es pederasta...
1867.- Nada que decir desde esa fulminante tarde en la iglesia Belga hasta el fatídico 31 de agosto en que fallece Baudelaire en los brazos de su madre. Ese mismo día comienza la Revue nationale la publicación de sus últimos poemas en prosa. El 2 de septiembre se realizan los funerales en Saint-Honoré de Passy con la asistencia de mas de un centenar de amigos y escritores. Lo inhuman en el cementerio de Montparnasse, junto al general Aupick, su padrastro. Sus amigos Banville y Asselineau pronuncian algunas palabras sobre su tumba. Unos pocos acompañan al cortejo fúnebre por el calor que, dicen, marcaba ese día. Verlaine, Fantin-Latour y Manet fueron algunos. La Asociación de Gentes de Letras no envió a ningún delegado... toda una delicadeza. Idéntica inacción mostraron los periódicos locales. Solamente el diario de los Goncourt y seis meses más tarde acusan de esta manera más que rara (estúpida diría): "La locura del artista, del escritor, hace que se los sobreestime una vez muertos; del mismo modo que la guillotina contribuye al asenso de la escritura de los guillotinados en los catálogos de autógrafos". (...)

Fragmentos tomados de Cronología de Charles Baudelaire,
por Hernán Isnardi

***

El albatros

Por diversión, a veces, los marineros cazan
algún albatros, grandes pájaros de los mares,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al barco que navega sobre abismos amargos.

Ni bien los dejan sobre las planchas de cubierta,
esos reyes del cielo, torpes y avergonzados,
arrastran, lastimosos, sus grandes alas blancas
al costado del cuerpo, como si fueran remos.

¡Ese viajero alado, qué tosco ahora, y qué enclenque!
¡Tan bello hace un instante, qué feo y qué ridículo!
Para burlarse, uno le da a fumar en pipa;
otro, haciéndose el rengo, imita al que volaba.

El poeta es semejante al señor de las nubes,
que vive en la tormenta y se ríe del arquero;
exiliado en el suelo, abucheado por todos,
sus alas de gigante le impiden caminar.

Traducción: Ezequiel Zaidenwerg.
**

La Naturaleza es un templo cuyos vivientes pilares, dejan a veces escapar
confusas palabras. El hombre posa allí a través de bosques de símbolos,
que lo observan con miradas familiares.
Como largos ecos que de lejos se confunden en una tenebrosa y profunda unidad
-vasta como la noche y como la luz- los perfumes, los colores y los sonidos
se responden.
Hay perfumes frescos como carne de niño, dulces como los oboes, verdes como
las praderas. Y hay otros corrompidos, ricos y triunfantes, que tienen
la expansión de las cosas infinitas, como el ámbar, el almizcle, el benjuí
y el incienso, que cantan los transportes del espíritu y los sentidos.

El Crepúsculo Matutino

La diana cantaba en los patios de los cuarteles, y el viento de la mañana
soplaba sobre las linternas.
Era la hora en que el enjambre de los sueños malhechores crispa sobre sus
almohadas a los adolescentes morenos; en que, como un ojo sangriento que palpita
y se mueve, la lámpara pone sobre el día una mancha roja; en que el alma,
bajo el peso del cuerpo huraño y pesado, imita los combates de la lámpara y el día.
Como un rostro en llanto que las brisas enjugan, el aire está lleno del
estremecimiento de las cosas que huyen. Y el hombre está cansado de escribir
y la mujer de amar.
Las casas aquí y allá comienzan a echar humo. Las mujeres de placer,
con los párpados lívidos, la boca abierta, duermen con su sueño estúpido;
las pobretonas, arrastrando sus senos flacos y fríos, soplan sobre sus tizones
y sobre sus dedos.
Es la hora en la que entre el frío y la tacañería se agravan los dolores de
las mujeres parturientas; como un sollozo cortado por una sangre espumosa,
el canto del gallo desgarra a lo lejos el aire brumoso; un mar de neblinas baña
a los edificios, y los agonizantes, en el fondo de los hospitales, exhalan su
estertor en hipos desiguales. Los crápulas regresan, destrozados por sus andanzas.
La aurora, tiritando en traje rosa y verde, avanza lentamente sobre el Sena
desierto. Y el sombrío París, frotándose los ojos -viejo trabajador-
empuña sus herramientas.

Remordimiento Póstumo

Cuando duermas, mi bella tenebrosa, en el fondo de un monumento construído,
en mármol negro, y no tengas por alcoba y mansión más que una bóveda lluviosa
y una fosa profunda; cuando la piedra, oprimiendo tu pecho miedoso y tus flancos
que ablanda una molicie encantadora, impida a tu pecho latir y querer y a tus pies
seguir su curso aventurero, la tumba, confidente de mi sueño infinito
-porque la tumba siempre comprenderá al poeta- durante esas largas noches de las que
el sueño, ha sido desterrado, te dirá: "¿De qué te sirve, cortesana imperfecta,
no haber conocido lo que lloran los muertos?" -Y el gusano roerá tu piel,
como un remordimiento.

Las Flores del Mal, traducción de Ulyses Petit de Murat. Ediciones DINTEL, 1959.
Edición limitada de 700 ejemplares.

2 comentarios:

Jorge Aulicino dijo...

Baudelaire, cuántos crímenes se cometieron en tu nombre! (Anónimo)

Irene Gruss dijo...

De alguna manera, él salió ileso. Gracias por la visita, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char