Tomada de http://www.evaristocultural.com.ar/ |
(Buenos Aires, Argentina, 1968)
A la megalomanía siempre
se le atribuyó la ilusión
del universo intermitente
que va a apagarse cuando nos apaguemos
pero he aquí los que vienen a extinguirse
antes del espejismo de la especie
mientras aún rueda el mundo o lo que deba rodar
la experiencia de amar sin freno
al espejo que se rompe, lamer una pared
la de sembrar en la fístula del hematoma propio
la de soltar amarras y por toda tradición
conservar un megáfono encendido
apenas indicios de los primeros últimos
la rebelión de estallar
antes de que muevas el switch detonador
A vos y a mí qué nos queda, la vigilia
detrás del wok con vegetales que encargamos
estamos, claro, dispuestos a llorar
por el corazón de los más nuevos
que hace crash mientras el nuestro envejece.
De es el fin del mundo, tía Berta
2 comentarios:
Muy emotivo, pero a Gabriel le falta mucho para envejecer. Un abrazo para los dos (Irene y Gabriel).
Eduardo, gracias, qué linda visita. Besos, irene
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