viernes, 25 de noviembre de 2011

Y dan tregua los soles

ROCÍO POCHETTINO

(Río Tercero, Córdoba, Argentina, 1982)


Que si no hay mandioca te envuelvo en pan de gracia en el remanso atrevido en la sombra
premura del chivato enroscado que calla y quiere y dice que no y no deja tocarse en el sol que
me mece y le grito graciosa con el agua en la cadera –nos llamemos- chicharra triste que se
muere de amor
***
club náutico [2009]

latigazo: todo picado

la capa reusable celeste
adherencia sonora impermeable
las manos conservan la sal de los vientres
abiertos el moco partido la uña que muestra
la sangre y la lleva a la boca

ahora es posible llamarte
porque las aguas se rompen

traer por favor esa lancha cuyo nombre no ha sido grabado:
anahí de un lado, anahí rocío del otro,

de lonas
sólo cubierto el motor desbordado.

el arco iris hace casita en la grasa
en el agua de los pescados,
dónde has llevado rocío la cabeza del dientudo?
no puede afilar una vulva el gesto
de muerte en la foto: dos hombres abrazan
un pez que colea, uno sonríe y de
fondo en color las botellas
que van trazando el sonido
de cada pregunta: papá, los limpiamos?
***
Agua Florida

Y las chinas acusaban verija agarradas del tiempo flotante en el tablón fulgurante de orines que hacía de baño muy detrás de la pompa y las pieles rosadas quizá apomeladas en la llama que vuelca ese vaso salpica y dan tregua los soles en el fondo qué quieren chillonas muñecas mucho trapo y tacones se las lleva hijo´e tigre bien dormidas y bien fuera hacia el monte en camioneta sin la sombra que se ha ido y no vuelve a salir si no salvan mi señor sus calores si le ofrecen voraces el paquete ´e pastillas pa´ entrarles a las guainas y son pocas ya en fila en hilera cual cuerda de arpa esperando orinar y se pulsan entre ellas sonoras queridas entreveran ojitos se sacuden el vestidito y les hablo mamita bonita en mi manto te llevo hijita mirá el cielo estrellita y las calmo como a un rezo en la mañana en su nombre blanco y puro de la trenza enmarañada embebida en cerveza y no entienden todavía pero es fe mi chiquita que nos libre de esta noche y nos tengan bien la puerta no golpeen que si pisa se lastima contra el clavo el pozo inmundo en que caen transportadas hacia el eco de sí mismas muy bordada la esperanza bajo el toldo e´ su pañuelo que era mío perfumado pues a rosa y planchadito ya no importa esta fiesta si acordeonan angelitos que las llevan si lo eligen y se salvan de este reino tan tupido el pobrecito si les cuento del verano que no calla que no calla allá arriba sin calores ni promesas incumplidas y las chicas se acercaban descalcitas levitaban y tocaba una por una en sus frentes ocultaba tierra virgen y expulsaba los demonios que orinaban amarillos y floridos daban gracias escondidas sin mirarse enrojecidas sus manitos en la cara liberadas abrazadas

2 comentarios:

Alejandro Pinto dijo...

Poesía nueva, sí, suena a Priscila Vallone, poeta joven fueguina, te pido permiso para presentarle estos textos y a su autora. Irene, un gran abrazo.

Irene Gruss dijo...

¡Cómo no! Y gracias, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char