viernes, 14 de mayo de 2010

Elude sujeto y objeto


CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
(Brasil, 1902-1987)


Los hombros soportan el mundo

Llega un tiempo en que no se dice más: Dios mío.
Tiempo de absoluta depuración.
Tiempo en que no se dice más: amor mío.
Porque el amor resultó inútil.
Y los ojos no lloran.
Y las manos tejen apenas el rudo trabajo
y el corazón está seco.

En vano las mujeres golpean a la puerta, no abrirás.
Quedaste solo, la luz se apagó,
mas en la sombra tus ojos resplandecen enormes.
Eres todo certeza, ya no sabes sufrir.
Y nada esperas de tus amigos.

Poco importa que venga la vejez, ¿qué es la vejez?
Tus hombros soportan el mundo
y él no pesa más que la mano de un niño.
Las guerras, las hambres, las discusiones dentro de los edificios
prueban apenas que la vida prosigue

y no todos se libertarán aún.
Algunos, hallando bárbaro el espectáculo,
preferirían (los delicados) morir.
Llegó un tiempo en que no se anticipa morir.
Llegó un tiempo en que la vida es una orden.
La vida apenas, sin mistificación.

Traducción de Wilfredo Carrizales
***
Nota social

El poeta llega a la estación.
El poeta desciende.
El poeta toma un auto.
El poeta va para el hotel.
Y mientras hace eso
como cualquier hombre de la tierra,
una ovación lo persigue
hecha algarabía.
Banderolas
que despliegan sus alas.
Bandas de música. Cohetes.
Discursos. Gente con sombreros de paja.
Cámaras fotográficas disparadas.
Automóviles inmóviles.
Bravos…
El poeta está melancólico.

En un árbol del paseo público
(gestión de la actual administración)
árbol grueso, prisionero
de anuncios en colores,
árbol banal, árbol que nadie ve,
canta una cigarra.
Canta una cigarra que nadie oye
un himno que nadie aplaude.
Canta, bajo un sol terrible.
El poeta entra en el elevador
el poeta sube
el poeta se encierra en su cuarto.

El poeta está melancólico.
***
Esas cosas

“Usted no está más en la edad de sufrir por esas cosas.”

Hay entonces la edad de sufrir
¿es la de no sufrir más por esas, esas cosas?

¿Las cosas sólo debían acontecer
para hacer sufrir
en la edad propia de sufrir?

¿O no se debía sufrir
por las cosas que causan sufrimiento
pues venían fuera de hora, y la hora es calma?

¿Y si no estoy más en la edad de sufrir
es porque estoy muerto, y muerto
es la edad de no sentir las cosas, esas cosas?

Traducción de Wilfredo Carrizales
***
El mundo es grande y cabe...

El mundo es grande y cabe
en esta ventana sobre el mar.
El mar es grande y cabe
en la cama y en el colchón de amar.
El amor es grande y cabe
en el breve espacio de besar.
***
BÚSQUEDA DE LA POESÍA

No hagas versos sobre acontecimientos.
No hay creación ni muerte frente a la poesía.
Ante ella la vida es un sol extático,
no calienta ni ilumina.
Las afinidades, los aniversarios, los incidentes personales
no cuentan.
No hagas poesía con el cuerpo,
ese excelente, complemento y confortable cuerpo,
tan indefenso a la efusión lírica.
Tu gota de bilis, tu careta de gozo o de dolor en la oscuridad
son indiferentes.
Ni me reveles tus sentimientos,
que prevalecen sobre el equívoco e intentan el largo viaje.
Lo que piensas y sientes, eso todavía no es poesía.

No cantes a tu ciudad, déjala en paz.
El canto no es el movimiento de las máquinas
ni el secreto de las casas.
No es música oída al pasar; rumor del mar en las calles
junto a la línea de espuma.
El canto no es la naturaleza ni los hombres en sociedad.
Para él, lluvia y noche, fatiga y esperanza nada significan.

La poesía (no saques poesía de las cosas)
elude sujeto y objeto.

No dramatices, no invoques.
No indagues. No pierdas tiempo en mentir.
No te aborrezcas.
Tu yate de marfil, tu zapato de diamante,
vuestras mazurcas y abusos, vuestros esqueletos de familia
desaparecen en la curva del tiempo, son algo inservible.

No recompongas
tu sepultada y melancólica infancia.
No osciles entre el espejo y la memoria en disipación.
Si se disipó no era poesía.
Si se quebró, cristal no era..

Penetra sordamente en el reino de las palabras.
Allí están los poemas que esperan ser escritos.
Están paralizados, pero no hay desesperación,
hay calma y frescura en la superficie intacta.
Están allí solos y mudos, en estado de diccionario.
Convive con tus poemas antes de escribirlos.
Ten paciencia si son oscuros. Calma, si te provocan.
Espera que cada uno se realice y consume
con su poder de palabra
y su poder de silencio.
No fuerces al poema a desprenderse del limbo.
No recogas del suelo el poema que se perdió.
No adules al poema. Acéptalo
como él aceptará su forma definitiva y concentrada
en el espacio.
Acércate y contempla las palabras.
Cada una
tiene mil rostros secretos bajo el rostro neutro
y te pregunta, sin interés por la respuesta,
pobre o terrible, que le dieras:
¿Trajiste la llave?

Fíjate:
huérfanas de melodía y de concepto,
ellas se refugiaron en la noche, las palabras.
Todavía húmedas e impregnadas de sueño,
ruedan en un río difícil y se transforman en desprecio.

Versión de Sergio Pravaz
***
En mitad del camino había una piedra...

En mitad del camino había una piedra
había una piedra en la mitad del camino
había una piedra
en la mitad del camino había una piedra.

Nunca olvidaré la ocasión
nunca tanto tiempo como mis ojos cansados permanezcan abiertos.

Nunca olvidaré que en la mitad del camino
había una piedra
había una piedra en la mitad del camino
en la mitad del camino había una piedra.

Versión de Rafael Díaz Borbón
***
Aforismos

ACTOR. El actor es mitad gente, mitad personaje, no distinguiéndose bien las mitades.
**
BELLEZA. La belleza femenina es pasadera, mas sus admiradores también lo son.
**
DIOS. Al aproximarnos a la muerte, nos sentimos más cerca de Dios, como si la distancia no fuese la misma.
**
ANTROPOFAGIA. Los métodos modernos de negocios tornarán obsoleta a la antropofagia.
**
FELICIDAD. La felicidad tiene un límite: la locura.
**
TIEMPO. Vivir y morir, dos formas de perder el tiempo.

Traducción de Wilfredo Carrizales

***
Imagen tomada de silencio.weblog.com.pt

3 comentarios:

hugo luna dijo...

gran post... el primer poema es increíble, uno vuelve y vuelve y siempre crece... gracias Irene, saludo

Irene Gruss dijo...

Gracias, don. Es así, no cansa, crece cada vez que lo leo, Irene

Ruth dijo...

Pero "Búsqueda de la poesía" también es increíble.

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char