miércoles, 6 de octubre de 2010

Lo incierto retumba no indaga

Algo más de MARÍA MALUSARDI

(Buenos Aires, Argentina, 1966)

violín del aire

salgo no del cirio siempre del incendio y en la
seda de un vestido blanco me regenero hay allí
maternidad colosal y mundo una aldea de casas
arracimadas como hongos de pino en la mujer
la vaca el ángel soy violín del aire alguien me
hizo música a cambio el estallido de mis partes
hace parecer al mundo etéreo el juego es:
invierto los sentidos para seguir
***
no puedo quejarme de los huesos: la música se
ha enfermado en mí he roto la cuerda un acto
de confusión y de olvido miles de manos entre
sábanas riéndose intentaron elevarme
sostenerme en la gloria me he dormido sobre la
escena no hubo tiempo para el desarraigo estoy
aquí: los dedos tiemblan cuando amanecen
sobre la madera intacta del silencio
***
añoro de la orquesta mi trama compleja no
encuentro mis ojos en la partitura estoy vigente
en el peligro confiada en su dulzura ha
instigado del hijo su muerte ha alentado con
paciencia mi desesperación: el mundo es de los
otros cuando mis huesos callan
***
en la niebla no nos perdíamos estábamos
simplemente abiertos al roce de la montaña
desesperaba la ropa en la caída
***
como trizas de un parto se abre la almendra: caballos muertos serán niños sobre la tierra unificada ese modo de aplastarse unos a otros cabezas contra cabezas lo incierto retumba no indaga la pérdida no restaura miente la llaga es una zona de silencio donde tormentos obsesiones han caído paul celan: el agua de la madre espera allí donde el cuervo escribe su poema
trilogía de la tristeza - paul celan
***

no existe decencia ni descendencia imre si no buscamos el origen de la desdicha en auschwitz: el codo de dios borra la escritura de los hijos

trilogía de la tristeza - imre kertész
***
franz kafka
(Selección)

praga
1883
franz kafka
pena y ahogo
muere
tal vez de presagio:
1924
hospital de viena
pulmones y estrellas
el polvo del mundo
luego sus padres
más tarde
sus hermanas
trenes arrancan
sus vestidos
y los llevan
campos de la asfixia
tres
estrellas amarillas
sus hermanas
kafka
el incendiado
el irreversible
el triste

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char