sábado, 25 de abril de 2009
Inscribo tacho rayo
Poemas de HORACIO ZABALJÁUREGUI
(Argentina, Buenos Aires, 1955)
De Querella
A oscuras definitivamente, a oscuras, el mundo queda lejos, el invierno queda lejos, ésta es tierra de nadie, ésta es la fosa común de los amores que agonizan.
Extirpar, borrar, todos los correos, las fotos, los indicios, para que no quede nada, nada. Atravesar el campo minado de los recuerdos, la muerte por goteo, el ala imperceptible de un perfume, una calle donde nos detuvimos furtivos y febriles, una enredadera de relámpagos en la cima de una siesta, sombras del pasado donde se envenena la memoria entre furores e injurias, donde trafica el sueño. A oscuras definitivamente, donde la hierba no para de crecer. Sentado a la puerta veo pasar el cadáver umbrío de aquella primavera, y ese resplandor se extraña para siempre.
Una lámpara de sombras reclama el furor de lo vivido, y no vuelve; para que no quede nada, ni el hálito del amor, ni su leyenda ilusoria, a oscuras, definitivamente, a oscuras.
***
Inscribo tacho rayo el territorio,
en blanco.
Tallo el garabato la sierpe
la línea del destino
en el monte de la palma
leo
las marcas del mapa
febril sin fondo
el borrón del alma
la línea de la vida.
Tallo el cortocircuito,
garabateo el altarcito de los recuerdos,
a la vera de una isla,
siempre imaginaria.
Inscribo tacho rayo lo indecible;
ha cedido la rabia, el hambre,
el vaticinio oscuro,
la flor deshojada de los días pasados.
Hoy es nochebuena,
pesadilla de la natividad
el hijo ciego.
Rayo el alma:
un claro de silencio en el cielo cerrado
un borrón de luz.
Me quedo a solas,
hago tiempo.
La mirada desagota en el horizonte.
Por un instante,
a la vera,
me quedo
en blanco.
***
De Fondo blanco
Play it again
Si tu amor no es un sueño imposible que busca la noche
escribe un poema
si tu cerebro es ocupado por la flora intestinal de un rumiante
escribe un poema
si tu deseo estalla sincopando la música de las esferas
escribe un poema
si confundes encontrar con la sierva y el árbol halla con aya y haya
escribe un poema
si eres paranoico como una princesa
escribe dos poemas
si deseas tatuar a Moby Dick
consulta la línea 5/6 del hexagrama 26
donde dice «dichosos los dientes del cerdo castrado»
si gozas más que tu sombra
pon uno
si la carne es triste y has leído todos los libros
vuelve al punto de partida y pierdes el tiro la próxima vuelta.
Si escribes un poema
escribe un poema
sigue la cadena y se romperá por el eslabón más débil
sigue la cadena y envía poemas a los que escriben
poemas y te envían poemas
si tu doble no te deja ser él
escribe «dábale arroz a la zorra el abad»
si lanzas proclamas cátaras por la red de radioaficionados
escribe tres salmos
si la esfinge te busca entre sus víctimas
escríbete
si lees el futuro en el bolo fecal de los papas
escribe, no te desalientes
si extravías un fetiche
escribe «todo está lleno de dioses»
o desacredita lo real y vela por lo ausente
porque nunca dejó de estar cubierto
porque es tu cómplice y ningún crimen perfecto
se comete con cómplices
porque algo más rápido que la palabra
dicta las instrucciones
si piden por tus pecados
pregunta cuánto ofrecen.
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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