
MIGUEL ÁNGEL FÉDERIK
(Entre Ríos, Argentina, 1951)
2
Salvaje en la infancia llevo
como una tatuada ojera del infierno
la sombra aquélla grande del ombú
donde aún con la mirada,
yo también degüello los corderos.
Manta sanguinolenta en los corrales
secándose al sol como un conejo.
Eso han sido los sueños.
19
Hombres de sol a sol,
solares hasta la defunción como las yerras,
fueron sin embargo devotos del lucero.
Anillada la luna en cabezales
le bordaron espumas de tiento a su costado
y le dieron por todo escapulario
a sus pecheras.
Satanás y la hadas se disputaban
sus caballadas y sus huesos.
***
7
La mecedora de mimbre y el corredor colorado.
A las tres de la tarde la mesa aún servida
y el vuelo blanco del mantel
como un sudario campesino moviéndose a destajo.
Las patinadas piñas de los relojes de Schwarzwald
caían como uvas reincidentes al peltre de la casa.
Los perros, echados y faraones,
miraban indolentes el natatorio de moscas
que era el aire.
Alucinado en secas el campo se venía
como un perdón reptil a las tranqueras.
De Imaginario de Santa Ana,
Concordia, Río de los Pájaros, 2004.
Foto tomada de foro.mexico.com
2 comentarios:
uno puede oir a M.A leyendo su poesía... un gusto Irene... un gusto. gracias por tanto!! (el post de ayer otra maravilla!!)
¡El 1º de mayo a las 18 va a leer en el ciclo Interiores, en la CASONA DE COLOMBRES,
COLOMBRES 764 - Almagro! Gracias a usted, Irene
Publicar un comentario