sábado, 31 de diciembre de 2011

Esta saciedad anticipada en el asa de todas las tazas

Pessoa, por Sabat
FERNANDO PESSOA
(Portugal, 1888-1935)


Álvaro de Campos

EL PASAR DE LAS HORAS [b]1

Traigo dentro de mi corazón,
como en un cofre que por lleno no puede cerrarse,
todos los lugares donde estuve,
todos los puertos a los que arribé,
todos los paisajes que vi a través de ventanas o vigilias,
o de alcázares, soñando,
y todo eso, que es tanto, es poco para cuanto quiero.

La entrada de Singapur, mañana naciente, color verde,
el coral de las Maldivas en cálido pasaje,
Macau a cierta hora de la noche... Despierto de repente...
Yat-lô-ô-ô-ô-ô-ô-ô-ô-ô... Ghi — ...2
Y aquello suena para mí desde el fondo de otra realidad...
La estatura norte-africana casi de Zanzíbar al sol...
Dar-es-Salaam3 (la salida es difícil)...
Mahajanga4, Nossi Be5, verdes paisajes de Madagascar...
Tempestades en torno al Guardafui6...
Y el Cabo de Buena Esperanza7 nítido al sol matinal...
Y la Ciudad del Cabo con la Montaña de la Mesa al fondo...8

Viajé por más tierras de aquellas que toqué...
Vi más paisajes que aquellos en que puse los ojos...
Experimenté más sensaciones que todas las sensaciones que sentí,
Porque, por más que sintiese, siempre me faltó qué sentir
Y la vida siempre me dolió, siempre fue poco, y yo infeliz.

A ciertos momentos del día recuerdo todo esto y me aterro,
Pienso en qué será lo que me quedará de esta vida a bocados, de este auge,
de esta calle en las curvas, de este automóvil a la vera del camino, de este aviso,
de esta turbulencia tranquila de sensaciones desencontradas,
de esta transfusión, de esta insubsistencia, de esta convergencia irisada,
de este desasosiego en el fondo de todos los cálices,
de esta angustia en el fondo de todos los placeres,
de esta saciedad anticipada en el asa de todas las tazas,
del hastío del juego de cartas entre el Cabo de Buena Esperanza y las Canarias.

No sé si la vida es poco o mucho para mí.
No sé si siento de más o siento poco, no sé
si me falta escrúpulo espiritual, punto-de-apoyo en la inteligencia,
Consanguinidad con el misterio de las cosas, choque
al contacto, sangre a los golpes, estremecimiento a los ruidos,
o si existe otra significación para esto más cómoda y feliz.

Sea lo que fuere, era mejor no haber nacido,
Porque, de tan interesante que es en todo momento,
la vida llega a doler, a enojar, a cortar, a rozar, a rasgar,
a dar ganas de gritar, de golpear, de quedarse en el suelo, de salir
fuera de todas las casas, de todas las lógicas y de todas las salidas,
y devenir salvaje para la muerte entre árboles y olvidos,
entre tumbos y peligros y ausencia de mañanas,
y todo esto debería ser cualquier cosa más parecida a cuanto pienso,
con lo que yo pienso o siento, que ni siquiera sé cuál es, oh vida.

Cruzo los brazos sobre la mesa, pongo la cabeza sobre los brazos,
y necesito querer llorar, pero no sé ir a buscar lágrimas...
Por más que me esfuerce por tener una gran tristeza por mí, no lloro,
tengo el alma agrietada bajo el indicador curvo que le toca...
¿Qué ha de ser de mí? ¿Qué ha de ser de mí?

A latigazos sacaron al bobo del palacio, sin razón,
hicieron levantarse al mendigo de la escala en que cayera.
Golpearon al niño abandonado y le arrancaron el pan de las manos.
Oh tristeza inmensa del mundo, lo que falta es actuar...
Tan decadente, tan decadente, tan decadente...
Solo estoy bien cuando escucho música, y ni aún entonces.
Jardines del siglo XVIII antes de 899,
¿dónde estáis vosotros, que quiero llorar de cualquier manera?

Como un bálsamo que no consuela sino por la idea de ser un bálsamo,
la tarde de hoy y de todos los días, poco a poco, monótona, cae.

Encendieron las luces, cae la noche, se sustituye la vida.
Sea de la manera que fuere, es preciso seguir viviendo.
Me arde el alma como si fuese una mano, físicamente.
Estoy en el camino de todos y se tropiezan conmigo.
Mi quinta en la provincia,
que exista menos que un tren, una diligencia y la decisión de partir entre tú y yo.
Así me quedo, me quedo... Yo soy lo que siempre quiere partir,
y permanece siempre, permanece, permanece,
hasta en la muerte se queda, aunque parta,
permanece, permanece, permanece...

Tórname humano, oh noche, tórname fraterno y solícito.
Sólo humanitariamente es que se puede vivir.
Sólo amando a los hombres, las acciones, la banalidad de los trabajos,
Solo así —¡Ay de mí!—, solo así se puede vivir.
Solo así, oh noche, ¡y yo nunca podré ser así!

Vi todas las cosas y me maravillé de todo,
pero todo sobró o fue poco —no sé qué— y yo sufrí.
Viví todas las emociones, todos los pensamientos, todos los gestos,
y quedé tan triste como si hubiese querido vivirlos y no lo hubiera conseguido.
Amé y odié como toda la gente,
mas para toda la gente eso fue normal e instintivo,
y para mí fue siempre la excepción, el choque, la válvula, el espasmo.

Ven, oh noche, y apágame, ven y ahógame en ti.
Oh cariñosa del Más Allá, señora del luto infinito,
Tristeza10 externa de la Tierra, llanto silencioso del Mundo.
Madre suave y antigua de las emociones sin gesto,
Hermana más vieja, virgen y triste, de las ideas sin nexo,
Novia esperando siempre nuestros propósitos incompletos,
la dirección constantemente abandonada de nuestro destino,
nuestra incerteza pagana sin alegría,
nuestra franqueza cristiana sin fe,
nuestro budismo inerte, sin amor por las cosas ni éxtasis,
nuestra fiebre, nuestra palidez, nuestra impaciencia de pusilánimes11
nuestra vida, oh madre, nuestra perdida vida...

No sé sentir, no sé ser humano, convivir
desde adentro del alma triste con los hombres, hermanos míos en la tierra.
Ni aun sintiendo sé ser útil, ser práctico, ser cotidiano, nítido,
tener un lugar en la vida, tener un destino entre los hombres,
tener una obra, una fuerza, una voluntad, una huerta,
una razón para descansar, una necesidad de distraerme,
una cosa venida directamente de la naturaleza hacia mí.

Por eso, sé maternal conmigo, oh noche tranquila...
Tú, que arrancas el mundo del mundo, tú que eres la paz,
tú que no existes, que eres solo la ausencia de la luz,
tú que no eres una cosa, un lugar, una esencia, una vida,
Penélope del tejido, deshecho mañana, de tu oscuridad,
Circe irreal de los febriles, de los angustiados sin causa,
Ven hacia mí, oh noche, sobre mi frente...

Tú, cuya llegada es tan suave que parece un alejamiento,
cuyo flujo y reflujo de tinieblas, cuando la luna exhala,
tiene ondas de cariño muerto, frío de mares de sueño,
brisas de paisajes supuestos para nuestra angustia excesiva...
Tú, pálidamente, tú, flébil, tú, líquidamente,
aroma de muerte entre flores, hálito de fiebre sobre los márgenes,
tú, reina, tú castellana12, tú, dama pálida, ven...

Versión de Carlos Ciro y tomado del blog http://pessoasdepessoa.blogspot.com
*
PASSAGEM DAS HORAS


Trago dentro do meu coração,
Como num cofre que se não pode fechar de cheio,
Todos os lugares onde estive,
Todos os portos a que cheguei,
Todas as paisagens que vi através de janelas ou vigias,
Ou de tombadilhos, sonhando,
E tudo isso, que é tanto, é pouco para o que eu quero.

A entrada de Singapura, manhã subindo, cor verde,
O coral das Maldivas em passagem cálida,
Macau à uma hora da noite... Acordo de repente...
Yat-lô-ô-ô-ô-ô-ô-ô-ô-ô... Ghi — ...
E aquilo soa-me do fundo de uma outra realidade...
A estatura norte-africana quase de Zanzibar ao sol...
Dar-es-Salaam (a saída é difícil)...
Majunga, Nossi-Bé, verduras de Madagáscar...
Tempestades em torno ao Guardafui...
E o Cabo da Boa Esperança nítido ao sol da madrugada...
E a Cidade do Cabo com a Montanha da Mesa ao fundo...

Viajei por mais terras do que aquelas em que toquei...
Vi mais paisagens do que aquelas em que pus os olhos...
Experimentei mais sensações do que todas as sensações que senti,
Porque, por mais que sentisse, sempre me faltou que sentir
E a vida sempre me doeu, sempre foi pouco, e eu infeliz.

A certos momentos do dia recordo tudo isto e apavoro-me,
Penso em que é que me ficará desta vida aos bocados, deste auge,
Desta estrada às curvas, deste automóvel à beira da estrada, deste aviso,
Desta turbulência tranquila de sensações desencontradas,
Desta transfusão, desta insubsistência, desta convergência iriada,
Deste desassossego no fundo de todos os cálices,
Desta angústia no fundo de todos os prazeres,
Desta saciedade antecipada na asa de todas as chávenas,
Deste jogo de cartas fastiento entre o Cabo da Boa Esperança e as Canárias.

Não sei se a vida é pouco ou de mais para mim.
Não sei se sinto de mais ou de menos, não sei
Se me falta escrúpulo espiritual, ponto-de-apoio na inteligência,
Consanguinidade com o mistério das coisas, choque
Aos contactos, sangue sob golpes, estremeção aos ruídos,
Ou se há outra significação para isto mais cómoda e feliz.

Seja o que for, era melhor não ter nascido,
Porque, de tão interessante que é a todos os momentos,
A vida chega a doer, a enjoar, a cortar, a roçar, a ranger,
A dar vontade de dar gritos, de dar pulos, de ficar no chão, de sair
Para fora de todas as casas, de todas as lógicas e de todas as sacadas,
E ir ser selvagem para a morte entre árvores e esquecimentos
Entre tombos, e perigos e ausência de amanhãs,
E tudo isto devia ser qualquer outra coisa mais parecida com o que eu penso,
Com o que eu penso ou sinto, que eu nem sei qual é, ó vida.

Cruzo os braços sobre a mesa, ponho a cabeça sobre os braços,
E preciso querer chorar, mas não sei ir buscar as lágrimas...
Por mais que me esforce por ter uma grande pena de mim, não choro,
Tenho a alma rachada sob o indicador curvo que lhe toca...
Que há-de ser de mim? Que há-de ser de mim?

Correram o bobo a chicote do palácio, sem razão,
Fizeram o mendigo levantar-se do degrau onde caíra.
Bateram na criança abandonada e tiraram-lhe o pão das mãos.
Oh mágoa imensa do mundo, o que falta é agir...
Tão decadente, tão decadente, tão decadente...
Só estou bem quando ouço música, e nem então.
Jardins do século dezoito antes de 89,
onde estais vós, que eu quero chorar de qualquer maneira?

Como um bálsamo que não consola senão pela ideia de que é um bálsamo,
A tarde de hoje e de todos os dias pouco a pouco, monótona, cai.

Acenderam as luzes, cai a noite, a vida substitui-se.
Seja de que maneira for, é preciso continuar a viver.
Arde-me a alma como se fosse uma mão, fisicamente.
Estou no caminho de todos e esbarram comigo.
Minha quinta na província,
Haver menos que um comboio, uma diligência e a decisão de partir entre mim e ti.
Assim fico, fico... Eu sou o que sempre quer partir,
E fica sempre, fica sempre, fica sempre,
Até à morte fica, mesmo que parta, fica, fica, fica...

Torna-me humano, ó noite, torna-me fraterno e solícito.
Só humanitariamente é que se pode viver.
Só amando os homens, as acções, a banalidade dos trabalhos,
Só assim — ai de mim! —, só assim se pode viver
Só assim, ó noite, e eu nunca poderei ser assim!

Vi todas as coisas, e maravilhei-me de tudo,
Mas tudo ou sobrou ou foi pouco — não sei qual — e eu sofri.
Vivi todas as emoções, todos os pensamentos, todos os gestos,
E fiquei tão triste como se tivesse querido vivê-los e não conseguisse
Amei e odiei como toda a gente,
Mas para toda a gente isso foi normal e instintivo,
E para mim foi sempre a excepção, o choque, a válvula, o espasmo.

Vem, ó noite, e apaga-me, vem e afoga-me em ti.
Ó carinhosa do Além, senhora do luto infinito,
Mágoa externa da Terra, choro silencioso do Mundo.
Mãe suave e antiga das emoções sem gesto,
Irmã mais velha, virgem e triste, das ideias sem nexo,
Noiva esperando sempre os nossos propósitos incompletos,
A direcção constantemente abandonada do nosso destino,
A nossa incerteza pagã sem alegria,
A nossa fraqueza cristã sem fé,
O nosso budismo inerte, sem amor pelas coisas nem êxtases,
A nossa febre, a nossa palidez, a nossa impaciência de fracos,
A nossa vida, ó mãe, a nossa perdida vida...

Não sei sentir, não sei ser humano, conviver
De dentro da alma triste com os homens meus irmãos na terra.
Não sei ser útil mesmo sentindo, ser prático, ser quotidiano, nítido,
Ter um lugar na vida, ter um destino entre os homens,
Ter uma obra, uma força, uma vontade, uma horta,
Uma razão para descansar, uma necessidade de me distrair,
Uma coisa vinda directamente da natureza para mim.

Por isso se para mim materna, ó noite tranquila...
Tu, que tiras o mundo ao mundo, tu que és a paz,
Tu que não existes, que és só a ausência da luz,
Tu que não és uma coisa, um lugar, uma essência, uma vida,
Penélope da teia, amanhã desfeita, da tua escuridão,
Circe irreal dos febris, dos angustiados sem causa,
Vem para mim, ó noite, estende para mim as mãos,
E sê frescor e alívio, ó noite, sobre a minha fronte...

Tu, cuja vinda é tão suave que parece um afastamento,
Cujo fluxo e refluxo de treva, quando a lua bafeja,
Tem ondas de carinho morto, frio de mares de sonho,
Brisas de paisagens supostas para a nossa angústia excessiva...
Tu, palidamente, tu, flébil, tu, liquidamente,
Aroma de morte entre flores, hálito de febre sobre margens,
Tu, rainha, tu castelã, tu, dona pálida, vem...
**
Notas

1. Varios fragmentos (largos y cortos) legó Pessoa con marcas que los identificaban como piezas o variaciones bajo el título de "Passagem das Horas", atribuidos a Álvaro de Campos en la mayoría de los casos y al Pessoa ortónimo en otros. La Edição Crítica de los Poemas de Álvaro de Campos, preparada por Cleonice Berardinelli para la Imprensa Nacional-Casa da Moeda, no considera este como uno de los poemas del conjunto "Passagem das Horas".

2. Serie de valor expresivo centrado en la fonética y de difícil elucidación y traducción casi imposible. Un intento de articulación portuguesa de los fonemas representados por los caracteres utilizados hace pensar en un lugar de nombre oriental que estaría en consonancia con el Macau mencionado en la línea anterior; pero esto, apenas si es una hipótesis.

3. Dar-es-Salaam, ciudad más poblada de Tanzania.

4. Mahajanga, Majunga en francés. Ciudad de Madagascar.

5. Nossi Be, isla situada al noroeste de Madagascar.

6. Cabo Guardafui en la Costa oriental de África.

7. Cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África.

8. Ciudad del Cabo y Montaña de la Mesa, en Sudáfrica.

9. En referencia a 1789, año de la autoproclamación del Tercer Estado, considerado el primer hito de la Revolución Francesa.

10. La "Mágoa" portuguesa es un complejo sentimiento que no queda expresado enteramente —y en particular en la poesía de Fernando Pessoa— en la traducción de su sentido figurado por "tristeza" (cognado español de idéntica palabra portuguesa). No debe dejar de pensarse, al leer esta palabra, en esas otras palabras pessoanas (y portuguesas, claro está) que resuenan y viven en ella, a saber: saudade, luar, mistério, tédio. El circunloquio "dolor de alma", que también es usado en portugués para definirla, es también una buena indicación del camino para pensarla.

11. La palabra portuguesa "fraco", tiene un campo semántico mucho más amplio que el de su traducción literal española por "flaco". He decidido traducirla por "pusilánime" por considerarla más adecuada al contexto del poema.

12. Castellana, señora de un castillo y no, necesariamente, el gentilicio de los naturales de Castilla.

22-5-1916
*
Álvaro de Campos - Livro de Versos. Fernando Pessoa. (Edição crítica. Introdução, transcrição, organização e notas de Teresa Rita Lopes.)

2 comentarios:

Gabriel Gómez dijo...

Querida Irene, paso nuevamente por aqui para desearte un novo año lleno de oportunidades y poesia...
Entre tantas cosas que dejamos para atrás (en mi caso perdi muchos libros y biliotecas por una inundación en nuestra región de más de 2 metros en el mes de septiembre), una de las buenas notícias de 2011 fué tener encontrado tu poesia... y mucha superación.
Gracias! Salud!
Un fuerte abrazo!

Irene Gruss dijo...

Gabriel, lo mismo para vos y los tuyos. Te recomiendo, hablando de inundaciones, los poemas que escribió Roberto Malatesta, poeta santafesino, en "Por encima de los techos": http://elmundoincompleto.blogspot.com/search/label/ROBERTO%20MALATESTA
Mi abrazo, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char