viernes, 17 de julio de 2009

Díganme cómo es el amor






Un artículo
y algunos poemas
de
W.H. AUDEN
(Inglaterra, 1907-Austria, 1973)


Breve defensa de la poesía
Esta curiosidad es la intervención de W.H. Auden en una mesa redonda que organizó el PEN Club en Budapest, octubre de 1967. The New York Review of Books lo rescató en una entrega de 1986.

Las discusiones sobre el papel del artista en la sociedad pocas veces dan fruto porque sus participantes no han definido qué quieren decir con los términos que usan. Mientras malinterpretemos lo que otros dicen, ni el acuerdo central ni la diferencia genuina de opinión son posibles. Empezaré, entonces, con algunas definiciones.
Individuo. En primer lugar, un término biológico: un árbol, un caballo, un hombre, una mujer. En segundo lugar, como el hombre es un animal social y nace sin formas instintivas de conducta, el término es sociopolítico: un americano, un doctor, un miembro de la familia Smith. Como individuos somos, se quiera o no, miembros de una sociedad o de varias sociedades, cuya naturaleza esta determinada por necesidades biológicas y económicas. Como individuos nos crean por reproducción sexual y condicionamientos sociales y sólo se nos puede identificar por las sociedades a las que pertenecemos. Como individuos, somos comparables, clasificables, contables, reemplazables.
Persona. Como personas, cada uno de nosotros puede decir yo respondiendo al tú de otras personas. Como personas, cada uno de nosotros es único, miembro de una clase propia con una perspectiva única del mundo, alguien que no se parece a nadie que haya existido antes y que no lo será a nadie que exista después. El mito de la descendencia de toda la humanidad de un solo antepasado, Adán, es un modo de decir que se nos llama a la existencia personal, no por un proceso biológico sino por otras personas, nuestros padres, amigos, etcétera. De hecho cada uno de nosotros es Adán, una encarnación de toda la humanidad. Como personas no somos miembros de las sociedades pero, junto con otras personas, tenemos la libertad de formar comunidades por amor a algo mas que nosotros, por la música, la filatelia o por el estilo. Como personas somos incomparables, inclasificables, incontables, irremplazables.
Al parecer muchos animales cuentan con un código de señales para comunicarse entre individuos de la misma especie, con el fin de transmitir una información vital sobre sexo, territorio, alimento, enemigos. En los animales sociales como la abeja, este código puede volverse complejísimo pero sigue siendo un código, una herramienta impersonal de comunicación: no evoluciona hacia el lenguaje porque el lenguaje no es un código sino la palabra viva. Sólo las personas pueden crear el lenguaje porque solo ellas desean abrirse libremente a otros, dirigirse a otros y responder a otros en la primera o segunda personas, o por sus nombres: sin importar qué tan elaborados estén, todos los códigos se limitan a la tercera persona.
Como los hombres son a la vez individuos sociales y personas, necesitan un código y un lenguaje. Para ambos se emplean lo que llamamos palabras, pero entre nuestro uso de ellas como señales y nuestro uso de ellas como discurso personal hay un abismo; si no hacemos esta distinción no podremos entender un arte literario como la poesía ni comprender su función.
Los pronombres personales de la primera y segunda personas no tienen género; el de la tercera tiene género, y en realidad debería llamarse impersonal. Al hablar sobre alguien más a un tercero, la tercera persona es una necesidad gramatical, pero pensar en otros como él o ella es pensar en ellos no como personas sino como individuos.
Los nombres propios son intraducibles. Al traducir al inglés una novela alemana cuyo héroe se llama Heinrich, el traductor debe escribir Heinrich y no cambiarlo por Henry.
La poesía es lenguaje en el más personal, el más íntimo de los diálogos. Un poema sólo tiene vida cuando un lector responde a las palabras que el poeta escribió.
La propaganda es un monólogo que no busca una respuesta sino un eco. Hacer esta distinción no es condenar a toda propaganda como tal. La propaganda es una necesidad de la vida social humana. Pero no distinguir la diferencia entre poesía y propaganda les hace a las dos un daño indecible: la poesía pierde su valor y la propaganda su eficacia.
En formas más primitivas de organización social, por ejemplo en las sociedades tribales o campesinas, a la índole personal del lenguaje poético la oscurece el hecho de que la sociedad y la comunidad más o menos coinciden. Todos se ocupan del mismo tipo de actividad económica, todos conocen a los demás personalmente y más o menos comparten los mismos intereses. Más aún, en una sociedad primitiva, la poesía, el lenguaje de la revelación personal, no se ha separado de lo mágico, del intento por controlar las fuerzas naturales mediante la manipulación verbal. Por otra parte, hasta la invención de la escritura, el hecho de que el verso es mas fácil de recordar que la prosa da al primero un valor de utilidad social no poético, como mnemotecnia para transmitir conocimientos esenciales de una generación a otra.
Donde quiera que haya un mal social verdadero, la poesía, o cualquier arte para el caso, es inútil como arma. Aparte de la acción política directa, la única arma es el informe de hechos: fotografías, estadísticas, testimonios.
Las condiciones sociales que conozco personalmente y en las que tengo que escribir son las de una sociedad tecnológicamente avanzada, urbanizada y aglomerada. Estoy seguro de que en cualquier sociedad (no importa cuál sea su estructura-política) que alcance el mismo nivel de desarrollo tecnológico, urbanización y riqueza, el poeta se enfrentará a los mismos problemas.
Es difícil concebir una sociedad abundante que no sea una sociedad organizada para el consumo. El peligro en una sociedad así es el de no distinguir entre aquellos bienes que, como la comida, pueden consumirse y hacerse a un lado o, como la ropa y los automóviles, descartarse y reemplazarse por otros más nuevos, y los bienes espirituales como las obras de arte que sólo alimentan cuando no se consumen.
En una sociedad opulenta como Estados Unidos, las regalías dejan bien claro al poeta que la poesía no es popular entre los lectores. Para cualquiera que trabaje en este medio, creo que esto debía ser más un motivo de orgullo que de vergüenza. El público lector ha aprendido a consumir incluso la mejor narrativa como si fuera sopa. Ha aprendido a mal emplear incluso la mejor música, al usarla de fondo para el estudio o la conversación. Los ejecutivos empresariales pueden comprar buenos cuadros y colgarlos en sus paredes como trofeos de estatus. Los turistas pueden "hacer" la gran arquitectura en un tour guiado de una hora. Pero gracias a Dios la poesía aún es difícil de digerir para el público; todavía tiene que ser "leída", esto es, hay que llegar a ella por un encuentro personal, o ignorarla. Por penoso que sea tener un puñado de lectores, por lo menos el poeta sabe algo sobre ellos: que tienen una relación personal con su obra. Y esto es más de lo que cualquier novelista de best-sellers podría reclamar para sí.

Traducción de Delia Juárez
Extraído de islaternura.com

***
MIRANDA

Mi Amado es mío como son solitarios los espejos,
como el pobre y el triste son reales para el buen rey,
y la verde y alta colina descansa siempre junto al mar.

Alto saltó el Hombre Negro tras el árbol más viejo,
dio una voltereta y huyó con aspavientos;
mi Amado es mío como son solitarios los espejos.

La Bruja graznó, su cuerpo ponzoñoso
se deshizo en la luz como el agua se sale de la fuente
y la verde y alta colina descansa siempre junto al mar.

En su encrucijada, también, el Anciano rogó por mí;
por sus mejillas demacradas, lágrimas de gozo corrían:
mi Amado es mío como son solitarios los espejos.

Me besó al despertar, y no hubo lamentos;
el sol brillaba sobre barcos, ojos, guijarros, todo,
Así pues, para recordar nuestro cambiante jardín,
nos juntamos como niños para bailar en círculo:
mi Amado es mío como son solitarios los espejos
y la verde y alta colina descansa siempre junto al mar


MIRANDA

My Dear One is mine as mirrors are lonely. / I As the poor and sad are real to the good king. / And the high green hill sits always by the sea. // Up jumped the Black Man behind the elder tree. / Turned a somersault and ran away waving; / My Dear One is mine as mirrors are lonely. // The Witch gave a squawk; her venomous body / Melted into light as water leaves a spring / And the high green hill sits always by the sea.// At his crossroads, too, the Ancient prayed for me; / Down his wasted cheeks tears of joy were running: / My Dear One is mine as mirrors are lonely. // He kissed me awake, and no one was sorry; / The sun shone on sails, eyes, pebbles, anything. / And the high green hill sits always by the sea. // So, to remember our changing gar- den, we / Are linked as children in a circle dancing: / My Dear One is mine as mirrors are lonely. / And the high green hill sits always by the sea.

***

Unos dicen que el amor es un niño
y otros dicen que es un pájaro,
unos dicen que es lo que mueve el mundo,
y otros dicen que eso es absurdo,
y cuando le pregunté al vecino de al lado,
que parecía como si lo supiese,
su mujer se enfadó mucho
y me dijo que no iba a sacar nada.

¿Se parece acaso a un pijama,
o al jamón de las clínicas de reposo?
¿Su olor recuerda a las llamas
o es un olor reconfortante?
¿Tiene espinas como un seto,
o es blando como pelusa de edredón?
¿Es afilado o tiene el borde suave?
Vamos, decidme cómo es el amor.

Nuestros libros de historia se refieren a él
con notas minúsculas y crípticas,
es un tema bastante habitual en
los barcos trasatlánticos;
he encontrado menciones al asunto
en relatos de suicidios,
e incluso lo he visto escrito
en contratapas de guías ferroviarias.

¿Aúlla como un pastor alemán hambriento
o retruena como una banda de ejército?
¿Alguien puede hacerme una buena imitación
con una sierra o con un Steinway Grand?
¿Cuándo canta en las fiestas la arma?
¿Sólo se dedica a los clásicos?
¿Se calla cuando uno quiere silencio?
Vamos, decidme cómo es el amor.

Miré en el comedor
allí tampoco estaba.
Probé en el Támesis, cerca de Maidenhead,
Y en el aire tonificante de Brighton.
No sé lo que canta el mirlo
ni lo que decía el tulipán,
pero no estaba en el gallinero
ni debajo de la cama.

¿Puede hacer muecas extrañas?
¿Se marea con los balanceos?
¿Se pasa el día en las carreras
o haciendo chanchullos con alambres?
¿Tiene sus propias ideas sobre el dinero?
¿Es lo bastante patriótico?
¿Sus chistes son vulgares pero divertidos?
Vamos, decidme cómo es el amor.

Cuando venga, ¿será sin avisar?
¿mientras me esté hurgando la nariz?
¿Llamará a mi puerta por la mañana
o me pisará un dedo en el autobús?
¿Será como cuando cambia el tiempo?
¿Saludará con cortesía o sin educación?
¿Cambiará mi vida a fin de cuentas?
Vamos, decidme cómo es el amor.

O tell me the truth about love

Some say love's a little boy,
And some say it's a bird,
Some say it makes the world go around,
Some say that's absurd,
And when I asked the man next-door,
Who looked as if he knew,
His wife got very cross indeed,
And said it wouldn't do.

Does it look like a pair of pyjamas,
Or the ham in a temperance hotel?
Does its odour remind one of llamas,
Or has it a comforting smell?
Is it prickly to touch as a hedge is,
Or soft as eiderdown fluff?
Is it sharp or quite smooth at the edges?
O tell me the truth about love.

Our history books refer to it
In cryptic little notes,
It's quite a common topic on
The Transatlantic boats;
I've found the subject mentioned in
Accounts of suicides,
And even seen it scribbled on
The backs of railway guides.

Does it howl like a hungry Alsatian,
Or boom like a military band?
Could one give a first-rate imitation
On a saw or a Steinway Grand?
Is its singing at parties a riot?
Does it only like Classical stuff?
Will it stop when one wants to be quiet?
O tell me the truth about love.

I looked inside the summer-house;
It wasn't over there;
I tried the Thames at Maidenhead,
And Brighton's bracing air.
I don't know what the blackbird sang,
Or what the tulip said;
But it wasn't in the chicken-run,
Or underneath the bed.

Can it pull extraordinary faces? I
s it usually sick on a swing?
Does it spend all its time at the races,
or fiddling with pieces of string?
Has it views of its own about money?
Does it think Patriotism enough?
Are its stories vulgar but funny?
O tell me the truth about love.

When it comes, will it come without warning
Just as I'm picking my nose?
Will it knock on my door in the morning,
Or tread in the bus on my toes?
Will it come like a change in the weather?
Will its greeting be courteous or rough?
Will it alter my life altogether?
O tell me the truth about love.



***

MUSEO DE BELLAS ARTES

Acerca del sufrimiento, nunca estuvieron equivocados,
Los Viejos Maestros: cuán bien entendieron
Su posición humana. Como toma lugar,
Mientras otro está comiendo o abriendo una ventana o caminando lerdamente a la deriva.
Como, cuando los ancianos están esperando, reverentes y apasionados,
El nacimiento milagroso, siempre hay
Niños que, especialmente, no quisieran que sucediera, patinando
En un estanque a la orilla del bosque:
Ellos nunca olvidaron
Que aun el más espantoso martirio debe seguir su curso
De cualquier manera en una esquina: algún paraje desaliñado
Donde los perros pasan con sus perrunas vidas y el caballo del torturador
Rasca su inocente trasero en un árbol.

En el Ícaro de Brueghel, por ejemplo: como cada cosa da la espalda,
Relajadamente, al desastre. El arador habrá
Oído el chapuzón, el grito desamparado;
Pero, para él, no era una falla importante; el sol brillaba
Tal como debía, sobre las blancas piernas que desaparecían en el agua
Verde, y la nave costosa y delicada que debe haber visto
Algo asombroso, a un muchacho cayendo del cielo,
Ya tenía un destino y zarpaba sosegadamente.

Musee des Beaux Arts
About suffering they were never wrong, / The Old Masters: how well they understood / Its human position; how it takes place / While someone else is eating or opening a window or just walking dully along; / How, when the aged are reverently, passionately waiting / For the miraculous birth, there always must be / Children who did not specially want it to happen, skating / On a pond at the edge of the wood: / They never forgot / That even the dreadful martyrdom must run its course / Anyhow in a corner, some untidy spot / Where the dogs go on with their doggy life and the torturer's horse / Scratches its innocent behind on a tree. // In Breughel's ICARUS, for instance: how everything turns away / Quite leisurely from the disaster; the ploughman may / Have heard the splash, the forsaken cry, / But for him it was not an important failure; the sun shone / As it had to on the white legs disappearing into the green / Water; and the expensive delicate ship that must have seen / Something amazing, a boy falling out of the sky, / Had somewhere to get to and sailed calmly on.

****

Traducción de Antonio Fernández Lera
**
Tres poemas breves

Los caminos del inframundo son,
como los prefieren los muertos,
tortuosos siempre.

The underground roads
Are, as the dead prefer them,
Always tortuous.

***

Al mirar la caverna en el ojo
Hércules tuvo
un momento de duda.


When he looked the cave in the eye,
Hercules
Had a moment of doubt.

***

Asomándose al precipicio
un árbol mira
al miedo con desprecio.

Leaning out over
The dreadful precipice,
One contemptuous tree.


Blues de la muralla Adriana

Un viento de tormenta sopla sobre el rastrojo,
Tengo frío en la nariz, y en mi túnica piojos.
Viene la lluvia repicando del alto cielo inglés,
Soy un soldado de este muro, y no sé por qué.
La neblina lo está cubriendo todo,
Mi chica está en Tungria, yo duermo solo.
Aulus es un tipo que le arrastra el ala,
No me gusta su estilo, no me gusta su cara.
Piso es un cristiano, su dios es un pescado:
Si por el fuera los besos se habrían terminado.
Ella me dio su anillo; lo jugué y lo perdí:
Yo quiero a mi chica, y también me quiero a mí.
Cuando tenga un solo ojo y sea un veterano
No haré más que mirar el cielo del verano.

(Versión de Daniel Samoilovich y Mirta Rosenberg)

1 comentario:

hugo luna dijo...

no voy a decir mas que gracias

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char