lunes, 18 de abril de 2011

Todo el mundo sufre

ALLEN GINSBERG
(Newark, EE.UU., 1926-1996)


Improvisación en Beijing


Escribo poesía porque la palabra inglesa Inspiración proviene del Latín: Spiritus,
aliento, deseo respirar en libertad.
Escribo poesía porque Walt Whitman le otorgó permiso al mundo para que hablara con candor.
Escribo poesía porque Walt Whitman abrió el verso de la poesía a la respiración
sin obstáculos.
Escribo poesía porque Ezra Pound vio una torre de marfil, apostó al caballo
equivocado, les dio a los poetas su autorización para que escriban su
lengua hablada vernácula.
Escribo poesía porque Pound les indicó a los jóvenes poetas occidentales que
observaran a los chinos escribiendo palabras dibujos.
Escribo poesía porque W.C. Williams viviendo en Rutherford escribió a la manera de New Jersey “Te patio l’ojo”, preguntando luego ¿cómo podemos medirlo en pentámetro yámbico?
Escribo poesía porque mi padre era un poeta mi madre de Rusia hablaba munista,
murió en un loquero.
Escribo poesía porque mi joven amigo Gary Snyder se sentó a mirar sus pensamientos como una parte del fenomenal mundo externo del mismo modo que lo hicieron los integrantes de esa mesa redonda en el '84.
Escribo poesía porque sufro, nacido para morir, cálculos en los riñones, presión alta, todo el mundo sufre.
Escribo poesía porque sufro confusión no sabiendo qué es lo que piensan los otros.
Escribo porque la poesía puede revelar mis pensamientos, cura mi paranoia,
también la paranoia de otras personas.
Escribo poesía porque mi mente vaga sometida al sexo la política la meditación en el Dharma.
Escribo poesía para retratar con precisión mi propia mente.
Escribo poesía porque tomé los cuatro votos de Bhodhisattva: innumerables en el
universo son las criaturas Sensibles para liberar, infinitas mi propia codicia ira
ignorancia que deseo atravesar, incontables son las situaciones en que me hallo
mientras el cielo está O.K. y los senderos de la mente despierta no tienen fin.
Escribo porque esta mañana desperté temblando de miedo. ¿Qué podría decir yo en China?
Escribo poesía porque los poetas rusos Maiakovsky y Yesenin se suicidaron, alguien más debe hablar.
Escribo poesía porque mi padre recitando a Shelley poeta inglés y a Vachel Lindsay poeta norteamericano dio el ejemplo –gran viento inspiración aliento.
Escribo poesía porque escribir de asuntos sexuales estaba prohibido en los Estados Unidos de América.
Escribo poesía porque los millonarios en el Este y el Oeste viajan en limusinas Rolls Royce, los pobres no tienen suficiente dinero para arreglarse los dientes.
Escribo poesía porque mis genes y cromosomas se enamoran de muchachos, nunca
de jóvenes mujeres.
Escribo poesía porque no tengo ninguna responsabilidad Dogmática de un día para el otro.
Escribo poesía porque quiero estar solo y quiero hablar con la gente.
Escribo poesía para contestarle a Whitman, jóvenes dentro de diez años, hablen con las tías viejas y tíos aún con vida en Newark, New Jersey.
Escribo poesía porque en 1939 escuchaba por radio Blues Negros, Leadbelly y Ma Rainey.
Escribo poesía inspirado por las juveniles alegres canciones de los Beatles que han envejecido.
Escribo poesía porque Chuang-tzu no podía distinguir si era mariposa o hombre, Lao-tzu dijo el agua fluye colina abajo, Confucio dijo honrá a tus mayores, yo deseaba honrar a Walt Whitman.
Escribo poesía porque el exceso de ovejas y hacienda en las tierras de pastoreo destruye desde Mongolia hasta el Salvaje Oeste los nuevos pastos y la erosión es la creadora de los desiertos.
Escribo poesía usando zapatos animales.
Escribo poesía “Primer pensamiento, mejor pensamiento,” siempre.
Escribo poesía porque las ideas no son comprensibles excepto cuando se manifiestan en pequeñísimos detalles: “Ninguna idea más que en las cosas.”
Escribo poesía porque el Lama Tibetano dice. “Las cosas son símbolos de sí mismas.”
Escribo poesía porque los periódicos titulan un agujero negro en el centro de nuestra galaxia, somos libres para darnos cuenta.
Escribo poesía porque las Guerras Mundiales I y II, bomba nuclear y la Guerra Mundial III si la deseamos, yo no la necesito.
Escribo poesía porque mi primer poema Aullido que no pensaba publicar fue llevado a proceso por la policía.
Escribo poesía porque mi segundo poema largo Kaddish honraba el parinirvana de mi madre en un hospital para enfermos mentales.
Escribo poesía porque HITLER mató a seis millones de Judíos, soy Judío.
Escribo poesía porque Moscú informó que Stalin envió al exilio en Siberia a 20
millones de Judíos e intelectuales, 15 millones nunca regresaron a los cafés de San Petersburgo.
Escribo poesía porque canto cuando me siento solo.
Escribo poesía porque Walt Whitman dijo “¿Yo me contradigo ?”. Muy bien entonces yo me contradigo. (Soy inmenso, contengo multitudes.)
Escribo poesía porque mi mente se contradice a sí misma, un minuto está en Nueva York, al otro minuto en los Alpes Dináricos.
Escribo poesía porque mi cabeza contiene 10.000 pensamientos.
Escribo poesía porque ninguna razón ningún porque.
Escribo poesía porque es la mejor manera de decir todo lo que tenés en mente en 6 minutos o durante el transcurso de una vida.
**
Versión de Esteban Moore
Foto: The Allen Ginsberg Library dedication, 1994 Naropa University
c Copyright Steve Miles
www.poetspath.com/stevemiles/stevemiles_index.html

2 comentarios:

Meme Vergara dijo...

Encontre su blog de manera poco intencional y me sorprende que haya sido hoy, que en mi blog subi un poema suyo.

Saludos y admiracion. Emilce Vergara.

http://wwwavecesmehagocargo.blogspot.com/2011/04/conte-los-dedos-de-mi-mano-irene-gruss.html

Irene Gruss dijo...

Aspi es, Pedro; gracias, Emilce, y bienvenida, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char