martes, 20 de diciembre de 2011

Ningún dios cantaba

Dos poemas de ALEJANDRO PINTO

(Río Grande, Tierra del Fuego, 1988)

Embotella

Será que no dieron con el Leteo los pájaros
Pienso mirando una pluma encerrada
En una botella invertida con agua
Sube, sube
Busca, advierte alguna altura, recuerda
Sube
Humea en el agua, y los pájaros
No mueren en el aire
Los pájaros
Anidan en la fuente
Inhalan al hombre
Exhalan la memoria
Perdida en el Leteo. Los pájaros
Son hombres desenmascarados
La prístina desnudez
Y antes que ellos
Ningún dios cantaba.
***
Amaria


Vuelan nombres de niños llamados no todo es eso
Quiere volar el árbol garganta mediante aprieta pero no todo
Partir no quieras ahora cenicero no todo es sexo
Todo vuelve al eje curva rueda revuelve no siendo.

No veas todo soltar latir quitarse de aquí pero
Saca la cama la amalgama indescifrable eso
Lo solo con otro poco volviendo a tus uñas.

Cae un No súbito y cala tu fantasma apenas
La raíz estomacal donde panal de mariposas decir
Queriendo el árbol vacío de la boca embabada.

El río ser entre pensares tu deriva respirante
Es cierto que mañana amanece penuria
Mañana amanecerá su prenda la piedra parca
Crujiente y flores también llorarías las cosas
Ciertas cosas inmutables de colorado azul.

Presta tu palma a la palma terrosa nube
Habiendo lámpara también sombra también
La llama tiritando en nombre de tu mirar
Amortífera caracola titilada en alacranes
Hay flores también llorarías las cosas.

El mundo deambulando sin cortejos de sitio
Una cruz entre baldosas extraño querer olvidar
Espejo que te espeja y me deslumbra tu línea
Diluida en monumento reflejo espectro que no hay.

Apuro el trago amargo silente creía por tener
Te ver volar angular ambidiestra de la fibra
Nerviosa vibrante al medio de lo debido a soñar.

El vaso la ceniza alían la pena unísona apenas
Universal un segundo hace falta volver lo normal.

Quisiera soltarte diariamente matando lo demás
Pero es cierto que mañana amanece que pena
Mañana amanecerá
Lo insuficiente
Anoche
Sido.

2 comentarios:

Alejandro Pinto dijo...

Muchas gracias Irene. Un abrazo enorme.

Irene Gruss dijo...

No tiene por qué. Abrazo; Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char