sábado, 6 de junio de 2009

Yo permanezco en el rugido


Algunos pocos poemas de EDGAR ALLAN POE
(EE.UU.,1809-1849)

ESPÍRITUS DE LOS MUERTOS


I

Tu alma se encontrará a sí misma sola
en medio de oscuros pensamientos de las piedras de la tumba gris.
Nadie, entre toda la multitud, espía
en tu hora de secreto.

II

Sé silencioso en esa soledad,
que no es tristeza de estar solo, pues entonces
los espíritus de la muerte que estuvieron
en la vida antes que tú están de nuevo
en la muerte a tu alrededor. Y su voluntad
habrá de subyugarte: no te muevas.

III

La noche, aunque clara, fruncirá el ceño,
y las estrellas no mirarán hacia abajo,
desde sus altos tronos en el cielo
con luz como esperanza dada a los mortales.
Pero sus rojos ojos, sin rayo,
parecerán para tu cansancio
como una quemadura y una fiebre
que se adheriría a ti para siempre.

IV

Ahora hay pensamientos que tú no prohibirás.
Ahora hay visiones que no desterrarán.
No pasarán de tu espíritu
jamás, como gotas de rocío de la hierba.

V

La brisa, la respiración de Dios, está quieta,
y la niebla sobre la colina
tenebrosa, tenebrosa, todavía intacta,
es un símbolo y una señal
de cómo se sostiene sobre los árboles
un misterio de misterios.
**
(SPIRITS OF THE DEAD)

1

Thy soul shall find itself alone
'Mid dark thoughts of the grey tomb-stone -
Not one, of all the crowd, to pry
Into thine hour of secrecy:

2

Be silent in that solitude
Which is not loneliness - for then
The spirits of the dead who stood
In life before thee are again
In death around thee - and their will
Shall then overshadow thee: be still.

3

For the night - tho' clear - shall frown -
And the stars shall look not down,
From their high thrones in the Heaven,
With light like Hope to mortals given -
But their red orbs, without beam,
To thy weariness shall seem
As a burning and a fever
Which would cling to thee for ever:

4

Now are thoughts thou shalt not banish -
Now are visions ne'er to vanish -
From thy spirit shall they pass
No more - like dew-drop from the grass:

5

The breeze - the breath of God - is still -
And the mist upon the hill
Shadowy - shadowy - yet unbroken,
Is a symbol and a token -
How it hangs upon the trees,
A mystery of mysteries! -

**

SOLO

Desde el tiempo de mi niñez, no he sido
como otros eran, no he visto
como otros veían, no pude sacar
mis pasiones desde una común primavera.
De la misma fuente no he tomado
mi pena; no se despertaría
mi corazón a la alegría con el mismo tono;
y todo lo que quise lo quise solo.
Entonces -en mi niñez- en el amanecer
de una muy tempestuosa vida, se sacó
desde cada profundidad de lo bueno y lo malo
el misterio que todavía me ata:
desde el torrente o la fuente,
desde el rojo peñasco de la montaña,
desde el sol que alrededor de mí giraba
en su otoño teñido de oro,
desde el rayo en el cielo
que pasaba junto a mí volando,
desde el trueno y la tormenta,
y la nube que tomó la forma
(cuando el resto del cielo era azul)
de un demonio ante mi vista.

ALONE
From childhood's hour I have not been
As others were - I have not seen
As others saw - I could not bring
My passions from a common spring -
From the same source I have not taken
My sorrow - I could not awaken
My heart to joy at the same tone -
And all I lov'd - _I_ lov'd alone -
_Then_ - in my childhood - in the dawn
Of a most stormy life - was drawn
From ev'ry depth of good and ill
The mystery which binds me still -
From the torrent, or the fountain -
From the red cliff of the mountain -
From the sun that 'round me roll'd
In its autumn tint of gold -
From the lightning in the sky
As it pass'd me flying by -
From the thunder, and the storm -
And the cloud that took the form
(When the rest of Heaven was blue)
Of a demon in my view -

**

LAS CAMPANAS

I

Escuchad las campanas de los trineos.
¡Campanas de plata!
¡Qué mundo de diversiones anuncia su melodía!
¡Cómo tintinean, tintinean, tintinean,
en el aire helado de la noche!
Mientras las estrellas que centellean
por todo el cielo parecen parpadeantes
con cristalina delicia;
guardando el compás, compás, compás,
como en un rúnico ritmo,
en el campanilleo que surge tan musicalmente
de las campanas, campanas, campanas, campanas,
campanas, campanas, campanas,
del sonar y repicar de las campanas.

II

Escuchad las dulces campanas nupciales.
¡Campanas de oro!
¡Qué mundo de felicidad su armonía anuncia
en el fragante aire de la noche!
¡Cómo transmiten por doquier su delicia!
Más allá de las fundidas notas de oro
y todas en armonía
qué líquida canción flota
para la tórtola que escucha, mientras se regocija
con la luna.
Oh, de las sonoras celdas,
¡qué borbotón de alegría surge voluminosamente!
¡Cómo se dilata!
¡Cómo resta
en el futuro! ¡Cómo dice
la gran alegría que excita
el balanceo y el tañido
para la tórtola que escucha, mientras se regocija
de las campanas, campanas, campanas,
de las campanas, campanas, campanas, campanas,
campanas, campanas, campanas,
al ritmo y repique de las campanas!

III

Escuchad las sonoras campanas de alarma.
¡Campanas de bronce!
¡Qué historia de terror cuenta ahora su turbulencia!
En el sobresaltado oído de la noche,
¡cómo chillan su espanto!
Demasiado asustadas para hablar,
sólo pueden chillar, chillar,
fuera de tono,
llamando clamorosamente a la misericordia del fuego,
en una loca discusión con el sordo y frenético fuego,
que sube más arriba, más arriba, más arriba,
con su desesperado deseo,
y un resuelto esfuerzo
ahora -ahora ponerse, o nunca,
al lado de la pálida cara de la luna.
¡Oh, las campanas, campanas, campanas!
¡Qué historia cuenta su terror
de desesperación!
¡Cómo rechinan, chocan y rugen!
¡Qué horror vuelcan
en el pecho del aire palpitante!
El oído comprende completamente,
por el tañido,
y el rechinar,
cómo se abate e hincha el peligro;
el oído distingue claramente
en el doblar
y en el balancear
cómo se abate e hincha el peligro
por la fatiga o el aumento de la ira de las campanas
–de las campanas-
de las campanas, campanas, campanas, campanas,
campanas, campanas, campanas,
¡en el clamor y estrépito de las campanas!

IV

Escuchad el tañido de las campanas.
¡Campanas de hierro!
¡Qué mundo de solemnes pensamientos su monotonía impone!
En el silencio de la noche,
¡cómo nos estremecemos de miedo
con la melancólica amenaza de su tono!
Cada sonido que flota
de sus oxidadas gargantas,
es un gemido.
Y la gente -ah, la gente-
que está encima del campanario,
sola,
y que dobla, dobla, dobla,
en ese ahogado único tono,
encuentra una gloria al tirar
una piedra en el corazón humano.
No son hombre ni mujer.
Tampoco bestias ni humanos:
son vampiros;
su rey es quien dobla:
y repica, repica, repica,
repica
un himno con las campanas
¡y su pecho alegre se dilata
con el himno de las campanas!
Y baila y grita;
guardando el compás, compás, compás,
en un rúnico ritmo,
al himno de las campanas.
De las campanas:
guardando el compás, compás, compás,
en una especie de rúnico ritmo,
al palpitar de las campanas;
de las campanas, campanas, campanas,
al sollozo de las campanas.
Guardando el compás, compás, compás,
mientras toca, toca, toca,
en un feliz ritmo rúnico,
al tañido de las campanas:
de las campanas, campanas, campanas,
al doblar de las campanas,
de las campanas, campanas, campanas, campanas,
campanas, campanas, campanas,
al quejido y lamento de las campanas.

THE BELLS
I.

HEAR the sledges with the bells -
Silver bells!
What a world of merriment their melody foretells!
How they tinkle, tinkle, tinkle,
In the icy air of night!
While the stars that oversprinkle
All the heavens, seem to twinkle
With a crystalline delight;
Keeping time, time, time,
In a sort of Runic rhyme,
To the tintinnabulation that so musically wells
From the bells, bells, bells, bells,
Bells, bells, bells -
From the jingling and the tinkling of the bells.

II.

Hear the mellow wedding-bells
Golden bells!
What a world of happiness their harmony foretells!
Through the balmy air of night
How they ring out their delight! -
From the molten-golden notes,
And all in tune,
What a liquid ditty floats
To the turtle-dove that listens, while she gloats
On the moon!
Oh, from out the sounding cells,
What a gush of euphony voluminously wells!
How it swells!
How it dwells
On the Future! - how it tells
Of the rapture that impels
To the swinging and the ringing
Of the bells, bells, bells -
Of the bells, bells, bells, bells,
Bells, bells, bells -
To the rhyming and the chiming of the bells!

III.

Hear the loud alarum bells -
Brazen bells!
What tale of terror, now, their turbulency tells!
In the startled ear of night
How they scream out their affright!
Too much horrified to speak,
They can only shriek, shriek,
Out of tune,
In a clamorous appealing to the mercy of the fire,
In a mad expostulation with the deaf and frantic fire,
Leaping higher, higher, higher,
With a desperate desire,
And a resolute endeavor
Now - now to sit, or never,
By the side of the pale-faced moon.
Oh, the bells, bells, bells!
What a tale their terror tells
Of Despair!
How they clang, and clash, and roar!
What a horror they outpour
On the bosom of the palpitating air!
Yet the ear, it fully knows,
By the twanging
And the clanging,
How the danger ebbs and flows;
Yet, the ear distinctly tells,
In the jangling
And the wrangling,
How the danger sinks and swells,
By the sinking or the swelling in the anger of the bells -
Of the bells -
Of the bells, bells, bells, bells,
Bells, bells, bells -
In the clamour and the clangour of the bells!

IV.

Hear the tolling of the bells -
Iron bells!
What a world of solemn thought their monody compels!
In the silence of the night,
How we shiver with affright
At the melancholy meaning of their tone!
For every sound that floats
From the rust within their throats
Is a groan.
And the people - ah, the people -
They that dwell up in the steeple,
All alone,
And who, tolling, tolling, tolling,
In that muffled monotone,
Feel a glory in so rolling
On the human heart a stone -
They are neither man nor woman -
They are neither brute nor human -
They are Ghouls: -
And their king it is who tolls: -
And he rolls, rolls, rolls, rolls,
Rolls
A pæan from the bells!
And his merry bosom swells
With the pæan of the bells!
And he dances, and he yells;
Keeping time, time, time,
In a sort of Runic rhyme,
To the pæan of the bells -
Of the bells: -
Keeping time, time, time,
In a sort of Runic rhyme,
To the throbbing of the bells -
Of the bells, bells, bells -
To the sobbing of the bells: -
Keeping time, time, time,
As he knells, knells, knells,
In a happy Runic rhyme,
To the rolling of the bells -
Of the bells, bells, bells: -
To the tolling of the bells -
Of the bells, bells, bells, bells,
Bells, bells, bells -
To the moaning and the groaning of the bells.

**
UN SUEÑO DENTRO DE UN SUEÑO

¡Toma este beso en tu frente!
Y, en el momento de abandonarte,
déjame confesarte lo siguiente:
no te equivocas cuando consideras
que mis días han sido un sueño;
y si la esperanza se ha desvanecido
en una noche o en un día,
en una visión o fuera de ella,
¿es por ello menos ida?
Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño en un sueño.

Yo permanezco en el rugido
de una ribera atormentada por las olas,
y aprieto en la mano
granos de arena de oro.
¡Qué pocos y cómo se escurren
entre mis dedos al abismo,
mientras lloro, mientras lloro!
¡Oh Dios!, ¿no puedo yo estrecharlos
con más ceñido puño?
¡Oh, Dios!, ¿no puedo salvar
ni uno, de la despiadada ola?
¿Todo lo que vemos o parecemos
no es más que un sueño dentro de un sueño?


(A DREAM WITHIN A DREAM)

Take this kiss upon the brow!
And, in parting from you now,
Thus much let me avow --
You are not wrong, who deem
That my days have been a dream;
Yet if hope has flown away
In a night, or in a day,
In a vision, or in none,
Is it therefore the less _gone_?
_All_ that we see or seem
Is but a dream within a dream.

I stand amid the roar
Of a surf-tormented shore,
And I hold within my hand
Grains of the golden sand --
How few! yet how they creep
Through my fingers to the deep,
While I weep -- while I weep!
O God! can I not grasp
Them with a tighter clasp?
O God! can I not save
_One_ from the pitiless wave?
Is _all_ that we see or seem
But a dream within a dream?


Versiones de Andrés Moreira (Chile, 1972)
Tomado de http://www.dim.uchile.cl/~anmoreir/escritos/poetas.html

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char