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(Buenos Aires, Argentina, 1949)
12
Es un gran pintor Ezra, dijo el tío, sólo
que cuando el pincel está ya sin pintura
no vuelve a la paleta, lo aplica seco,
pincelada tras pincelada, seco como el río
de sus sueños, como la saturnal Castilla
que no era el planeta de sus antepasados.
De manera que no es un cuadro vacío
sino seco, sobre el que pinta todo aquello que brota
en el campo que es fantasma de su memoria, a
veces con secas pinceladas, a veces con el color
vivo de lo que ha sido vivo, ha tenido estatuto y códice.
… y el sistema de cultivo
se parecía a las leyes escritas por las que el hombre
se regía: cortaba las espadañas, cegaba al que no veía,
arrojaba a la zanja el estiércol de la palabra vana.
*
De Cierta dureza en la sintaxis, Selecciones de Amadeo Mandarino, Buenos Aires, 2008
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