miércoles, 23 de marzo de 2011

¿Cómo resiste aquí esto?


Tomada de 2bp.blogspot.com
ARMANDO FREITAS FILHO
(Río de Janeiro, Brasil, 1940)
Traducción: Aníbal Cristobo


18.

Un viento vengador
golpea, al mismo tiempo
todas las puertas del paisaje
y barre, maníaco
el mismo suelo vacío
como si aún viera
y precisara espantar
lo que ya huyó: bultos, vestigios
un vestido rojo
que en una sangría desatada
desamarró todos los lazos
y se derramó, sin demora
como un cuerpo, una copa
un poco de vino.
***
19.

Naturaleza
Sin mí
¿cómo resiste aquí esto?
son uno o tres cuartos
casi olvidados
dos corredores
abandonados
bajo el sol de la ventana
y la lámpara de la noche.
¿Cómo resiste y sigue
sin mirar que vea
y mano que agarre
cuando la pista termina
lo que está ahora
asesinado, sin sonido:
la televisión prendida en un canal vacío
el espejo funcionando
con la misma silla, aquí y allá
y todo lo demás
instrucciones de uso, cuerpos y/o
utensilios
repitiéndose
por la vida?
***
20.

Bochorno
Claro olor de negra
en el cuarto entreabierto
en el que al día le cuesta entrar
donde su cabello irritado
e íntimo hierve más de
lo que crece, tironeando.
Fuerza sin permiso
en este calor de lagarto
dentro del verano inmóvil
de flores que se prenden fuego
dando imagen y color al viento
despacio, bajo el sol detenido
mordiendo la mordaza de nubes
saliendo de la sombra hacia el ataque.
**
De POETAS BRASILEÑOS, PUENTES
Traducción: Varios traductores (se aclara junto al poeta)
Ed. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2003

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char