jueves, 8 de diciembre de 2011

Ser virtuoso es estar solo

PAUL ÉLUARD
Eugène Grindel
(Francia, 1895-1952)

Vivir aquí

Cuando la he visto, la he perdido,
La huella de un armiño entre cristales escarchados,
Una estrella, apenas una estrella, la luz,
Sus uñas en el despierto mármol de la noche.

No hablo ya para nadie,
El día y la noche se mezclan tan bien en su cabellera,
Bajo mi mirada, bajo sus cabellos ella se marchita,
Ser virtuoso, es estar solo.

Desconocida, ella era mi forma preferida,
Yo no tenía la preocupación de ser un hombre,
Y, en vano, me asombro de haberme visto obligado a sufrir
Mi deseo como un rayo de sol en agua fría.
Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char