jueves, 3 de junio de 2010
Los ojos fijos del halcón
ROBINSON JEFFERS
(EE.UU., 1887-1962)
Roca y halcón
Aquí hay un símbolo en que
muchas altas y trágicas ideas
miran sus propios ojos.
Esta roca gris, en altura erguida,
sobre el cabo donde el viento marino
no deja al árbol prosperar,
a prueba de mecidas, y marcada
por eras de tormenta: en su cima
un halcón se ha colgado.
Pienso, aquí está tu emblema
para colgar del cielo por venir
no la cruz, no la colmena,
sino este; deslumbrante poder,
o paz oscura; unido pensamiento
al final desinterés;
vida con muerte como en pausa;
los ojos fijos del halcón se ven
casados con la gruesa
mística de la piedra,
cuyo fracaso no puede echar abajo
ningún acaecer de digna forjadura.
***
Aviso a los peregrinos
Que nuestros sentidos y mentes hacen trampa, es cierto,
mas son precarios honrados; cree en ellos un poco;
en los sentidos más que en la mente, y en tu mente más que en la de otro.
Sobre el piloto de la mente, la intuición,—
digo que si es atrapado desnudo y limpio, es el guardián de la certeza;
mas vestido con sueños, o sucio
con miedos y deseos, es el rey de los falsos.
El primer miedo es la muerte: no creas en inmortalistas. El primer deseo
es ser amado: no creas en los hijos de madre.
Finalmente digo, deja a los demagogos y a los salvadores del mundo balbucear sus vacuidades a los oídos huecos, caer en timo dos veces es ya demasiado.
Camina por delgadas riberas y elude a la gente; roca y ola son buenos profetas;
sabias las alas de la gaviota y placentero, su canto.
***
La Tumba del Perro de la Casa
Yo he cambiado mis modos un poco;
No puedo correr ahora contigo en las tardes a lo largo de la orilla,
excepto en una especie de sueño; y tú,
Si sueñas un momento,
Me ves allí.
Entonces deja por un rato las huellas en la puerta delantera
Donde yo acostumbraba a rasparla para salir o entrar,
Y tú abrías pronto; deja en el suelo de la cocina
Las marcas de mi bebedero.
Yo no puedo echarme cerca de tu fuego donde solía hacerlo
Sobre la cálida piedra,
Ni al pie de tu cama; no,
Durante todas las noches quedo solo.
Pero tu pensamiento amable me ha puesto a menos de seis pies
Fuera de tu ventana donde la luz del fuego juega tan a menudo,
Y donde te sientas para leer
-Y me temo que a menudo para lamentarte por mí-.
Todas las noches la luz de tu lámpara yace en mi lugar.
Ustedes, hombre y mujer, viven tanto tiempo,
Es difícil pensarlos muriendo alguna vez.
Un pequeño perro se cansaría, de vivir tanto tiempo.
Espero que cuando queden
Bajo la tierra como yo, sus vidas les parezcan
Tan buenas y alegres como la mía.
No, queridos, eso es esperar demasiado:
Ustedes no son tan bien cuidados como yo lo he sido.
Y no han conocido jamás la íntegra y apasionada
Fidelidad que yo conocí.
Sus mentes son quizás demasiado activas, demasiado complejas.
Pero conmigo siempre fueron leales.
Ustedes nunca fueron amos, sino amigos.
Yo era su amigo. Yo los quise bien, y fui querido.
El amor profundo resiste hasta el fin y mucho más que el fin.
Si éste es mi fin, no estoy solo.
No tengo miedo. Sigo siendo de ustedes.
***
Ama tus ojos que pueden ver,
tu mente que puede oír
la música, el trueno de las alas,
ama al cisne salvaje
***
El hacha de doble filo
Venid, pequeños.
No valéis más que los zorros y los lobos amarillos,
pero os daré sabiduría.
Oh, niños futuros:
vendrá el infortunio; el mundo del presente
navega sobre sus rocas; pero naceréis y viviréis
después. También llegará un día en que la Tierra
se arañe a sí misma y, con una sonrisa, se quite de encima
a la humanidad:
pero naceréis antes de que eso suceda.
Llegará, sin duda, un tiempo
en que también el Sol morirá; los planetas se congelarán,
al igual que el aire sobre ellos; gases helados, copos blancos
de aire
formarán el polvo: que ningún viento sacudirá: este mismo
polvo que reluce como suave luz de estrellas
es viento muerto, el cadáver blanco del viento.
También la galaxia morirá; el brillo de la Vía Láctea,
nuestro universo, todas las estrellas que tienen nombre
están muertas.
Vasta es la noche. ¡Cómo has crecido, querida noche,
recorriendo tus salones vacíos, qué alta estás!
**
(De Poemas Selectos)
Traducción y textos: Juan José Rodríguez
***
Solo las personas atormentadas buscan la verdad. El hombre es un animal al igual que los demás animales, quiere alimento, éxito y mujeres, no la verdad. Solo si miente Torturado por algún conflicto interior ha perdido la felicidad: luego odia su enjaulada vida y busca más allá...
Robinson Jeffers, Teoría de la Verdad
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
2 comentarios:
¡Irena, qué chabón! realmente empezar el día así es otra cosa. Gracias, querida por acercarlo. Beso enorme, Julián.
¡Gracias, Julián! Abrazo, Irene
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