miércoles, 11 de mayo de 2011

Caravaggio lo sabía

Nuevo libro de JORGE AULICINO
(Buenos Aires, Argentina, 1949-)

16


Caravaggio lo sabía, se le había agotado la paciencia.
Si vas a pintar, a comprender, debés ser consciente
de la materia. El barroco no es de ideas, es de yeso.
El barroco no es de mármol. Es de materia maleable.
Al fresco se pinta rápido, antes que fragüe, pero
la pincelada es perdurable. En cambio, la pintura
en seco se descascara y cae, la Última Cena se quiebra,
se pierde en partículas secas y el rostro de nuestro señor
es como un fantasma que alza queda la mano y parte el pan.
Caravaggio lo sabía y mostró la carne amoratada.
Sacó a la luz cambiante la densidad del cieno. E indicó:
aquí la luz, la sombra allá, y la frontera de rostros rojisangre,
sangre de matadero, oscurecida por el aire,
es donde verás lo que hay o no hay. Mirad
de frente la enfermedad, la gula, el asombro, la latencia
de la frente y la vena, los humores, el resplandor y la ictericia.
Y esto para tu tierra y tu secreto también vale.

De Libro del engaño y del desengaño, Ediciones en Danza, 2011
Imagen: Caravaggio, Martelaarschap van Mattheus

2 comentarios:

hugo luna dijo...

impresionante Irene, graciascon saludos!!

Irene Gruss dijo...

Así es; mis saludos; Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char