jueves, 5 de agosto de 2010

El idiota bala con la mirada

MALCOLM DE CHAZAL
(República de Mauricio, situada en el océano Índico, al este de Madagascar, 1902-1981)

Las formas
de
su cuerpo
eran
su catecismo.
***

Cuando
se
presiona
el vientre
del fuego
la luz
se ríe
***

El gris
hipnotizado
por
el blanco
se durmió.
***

Toda
piedra
en
el
muro
se
siente
enterrada
viva.
***

El agua
mordida
por
la ola
pegó
un grito.
***

Es
para
que
todo
tenga
un peso
que
el espacio
no lo
tiene.
***

Sólo
el fuego
tiene
el poder
de
lamerse
los ojos.

Traducción Florence Baranger-Bedel
***
Sentido plástico
(fragmento)

El ojo es el más pequeño de todos los muebles. Reposo: cada uno esta sentado en su ojo como en un diván. Para despertar el interés de alguien, se siente a veces algo así como la necesidad de arrancarlo de su ojo del mismo modo que si se lo sacara de su sillón por un brazo.
**
SENTIDO MÁGICO
(fragmento)


II

El agua dice a la ola
"Tú me bebes"
"¿Cómo podría hacerlo?
-replica la ola-
Yo soy tu boca".
***
AFORISMOS


La nariz es quizás la parte del rostro que más advertimos en los demás, y es, al mismo tiempo, la parte de nuestro rostro que menos sentimos sobre nuestra cara. Mientras que estamos totalmente conscientes de nuestra boca, sentimos nuestra nariz como fuera de nosotros mismos: una condición que nos torna mucho más conscientes del vecino que de la nuestra propia.
*
El idiota bala con la mirada.
*
El sapo que huye por efectos del miedo, nada corriendo, como un pez salido del agua corre nadando.
*
La boca es la estación de partida de la risa, y el ojo, la del término. Mucho tiempo después que la boca se ha callado, el ojo ríe todavía.

5 comentarios:

hugo luna dijo...

gracias

Anónimo dijo...

Señora, qué gusto leer"sentido plástico", lisa y llanamente genial. Le escribo apenas con un resto, insomne, con el hueco que quedo en mi sillón hoy.
Arcadia

Irene Gruss dijo...

Hola, huggh, gracias a vos, irene

Irene Gruss dijo...

Gracias, arcadia; Irene

staff dijo...

aia. qué hermosura. fabuloso.

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char