lunes, 25 de julio de 2011

Murió una grande

Con todo el dolor de mi alma, digo que murió
MIRTHA DEFILPO
(Buenos Aires, Argentina, 1943-Buenos Aires, id., 2011)


Naturaleza muerta

Texto original para un segundo
el presente
sobresalta poco a poco.

¿Rehabilita signarse por el antes?
¿Entrever que los ayeres son ubicuos?

Tan escaso de estar
no veo el día:
saludo al insepulto continente

a toda su ambición
guijarro, polvo.

Transcribiendo a lo largo del disturbio
la erosión común de aducir algo.

Desde el comienzo lo he pensado todo.
***
"Yo hago poesía dramática, tomando dramático como sinónimo de encuentro, hablo de situaciones dolorosas. o bien de propuestas esforzadas para la felicidad, que creo que es la forma que yo he elegido para comportarme en este mundo. Creo que nuestro aprendizaje se realiza a través de las pérdidas. Curiosamente son pérdidas que hacen una escalera de trayectoria humana donde cada escalón es un esfuerzo, una pérdida, una integración con nuevas cosas, una transformación sucesiva. (...) pienso que nuestro transcurso en el universo es de esfuerzo, de pérdida, de aprendizaje con dolor."
Tomado de http://cantantesargentinas.blogspot.com/
**
Para leer algunos de sus poemas, aquí

4 comentarios:

hugo luna dijo...

Irene... tremenda dolorosa noticia... siempre admiré a esta mujer... pierde la poesía...

irene gruss dijo...

Sí; pena; pena; Irene

Anónimo dijo...

Qué buen texto. Aprovecho para saludarte, Irene querida

irene gruss dijo...

Gracias, Ignacio. Un saludo, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char