lunes, 19 de julio de 2010

Así se templó el acero

Cuenta una anécdota que en cierto allanamiento, tiempos ha, los dueños de casa se salvaron de ir en cana por tener en su biblioteca Así se templó el acero, baluarte de la literatura soviética, porque se intuyó que trataba de metalurgia. O, al menos, si fueron en cana no habría sido por este incunable.
Hace unas horas, recibí, al pie de la entrada de Raúl Gustavo Aguirre de la fecha, un comentario que reza:
Anónimo dijo...


vos sos pelotuda, lesbiana o que cosa? dejate de joder con los "desaparecidos" porque vamos a ir a tu casa y te vamos a cortar los diez dedos, entendes?

Intuyo que como el título de dicha entrada dice Alguna memoria, obra magistral de R.G.A., posiblemente los muchachos se habrían confundido nuevamente. En su defecto, les rogaría actualizarse, IG

7 comentarios:

iracundos dijo...

¿¿¿¿mande??????
Yo, Julián López (al igual que Carlos Sacaan) soy lesbiana.

Irene Gruss dijo...

Y póngale casancrem, que nutre mejor; Irene

miguel gaya dijo...

irene, te lo digo en mafioso: siamo qui tutti quanti per lei, cara. tu abogado.

Say dijo...

Qué patéticos!. Si dan hasta pena! Pobrecitos...

Y qué cobardes! Así lo hacen todo.

Rabian porque los demás también estamos aquí y hacemos lo que nos dá la gana y pensamos como nos dá la gana.

A la mierda con ellos...

mauli dijo...

no creí que esto fuera posible hoy. lamento, por vos, el mal momento y, por todos, que esto no haya terminado todavía.
un beso

Irene Gruss dijo...

Hola, mauli, y gracias; Irene

Sigfrido Quiroz Tognola dijo...

Si vale de algo, mi solidaridad Irene. Fuera del momento desagradable que viviste, causa gracia la ignorancia e impotencia de esta gente.

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char