martes, 15 de septiembre de 2009

Lejos parece que algo brilla


ESTELA FIGUEROA
(Santa Fe, 1946-)

LOS QUE TENGAN OPORTUNIDAD, NO DEJEN DE IR A SU LECTURA, JUEVES 17, A LAS 19.30, EN CC Bernardino Rivadavia, Sala Olga Cossettini (entrepiso), Y EL VIERNES 18, A LAS 22, EN EL CC Parque de España, Teatro Príncipe de Asturias, ROSARIO.

NATURALEZA MUERTA

Tomates rojos
con una hendidura negra.
Limones amarillos
con pezones verdes.
Zanahorias erectas
papas ovales
bananas que yacen arqueadas.

Sexo sobre la mesa
donde amaso el pan.
**
UN ATARDECER DE ABRIL DESPUÉS DE UNA SEPARACIÓN

Ya no tengo a quién esperar
De modo que para qué preocuparse
Por cambiar las sábanas
o barrer el patio.

Se hace lo imprescindible
regar las plantas
dar de comer a los gatos
¿qué culpa tienen?

Al crepúsculo salgo a la calle
en busca de cerveza.
Mi vecino homosexual me invita
a cenar este sábado en su casa.
Acepto.
Donde no hay sexo no hay problemas.

Estos encuentros
han llegado a ser mi único sentimiento.
**
BUSCANDO EL POEMA

Atropellada como un perro.
Selectiva como un gato.
Lo busco.

Fiel como tallada en piedra.
Blanda como la espuma.
Inocente como un fantasma
que vaga por la ciudad.
Lo busco.

Lejos parece que algo brilla:
¿será el poema?

Sobre una cinta de fuego
camino a su encuentro.
Atropellada.
Selectiva.
Fiel.
Blanda.
Inocente.
Despiadada.
**
La forastera

Durante muchas noches de insomnio
he vagado
aterida
por la Ciudad del Pasado.

No llevaba planos
no llevaba guía
no llevaba lámpara.

Como sonámbula
esquivaba los peligros.
Como a forastera
ellos me asaltaban.

Bellos rostros que se abrían como flores
cuerpos del amor…
No pude encontrar mi casa.

Esa Ciudad por la que vagué
fue moldeada
con grandes emociones
con grandes deseos.

Así también
de grande
es su cementerio.
**
Sol de otoño

Por Manuel Inchauspe

Visité al poeta.
Delgado y pálido yacía
en una de las camas del subsuelo
de la sala de toxicología.

Qué extraño tesoro
el sol de otoño,
a través de los vidrios esmerilados.
cómo flotaba,
única dicha sobre su rostro
y rebotaba en el suelo,
donde los algodones con sangre
y colillas de cigarrillos
decían que la vida existe siempre,
donde quiera que se esté.
**
A Manuel Inchauspe, en el hospicio

Las nuestras, mi amigo,
son obras pequeñas.
Escritas en la intimidad
y como con vergüenza.
Nada de tonos altos.
Nos parecemos a la ciudad
donde vivimos.

Perdiste tus últimos poemas
y yo casi no escribo.

De allí
esos largos silencios
en nuestras conversaciones.
**
Poemas de la inundación*

A CINCO MESES DE LA INUNDACIÓN

A la mañana
maté una cucaracha.

Luego vi otra
veloz
por la pared.
¿dónde estaban?

Por la tarde
vi muchas moscas
en el patio
¿dónde estaban?

¿Y donde estaba yo?

Por un momento me pareció
que todo
era como antes.
**
EL INVIERNO LLEGÓ

El invierno llegó
como llegan todas las estaciones.
Con el invierno
el último subsidio

Mis vecinos esperan
aparecer en las listas

Los que ya aparecieron
compran muebles
minicomponentes
celulares
y zapatillas que brillan como diamantes.

¿Yo?
Observo. Observo.
Fijo mi mirada en las plantas:
después de la inundación
-confundidas-
algunas intentan florecer

¿Y yo?
Hago una urdimbre secreta
de las pérdidas y las ganancias.
El dinero no figura
ni en un caso ni en otro.
**
LAS CARAS DE MIS HIJAS DESPUÉS DE LA INUNDACIÓN

Es cierto eso que dicen.
uno les da importancia a las cosas
después que las perdió.
Día tras día
hago el enorme esfuerzo
de reparar algo.
La foto de Florencia
en el jardín de infantes
los bordes blancos
carcomidos por la humedad
salvo su cara
la recorto con cuidado
la coloco en el pequeño portarretratos redondo
que ahora está entre mis libros nuevos.

Con la foto de Virginia es más difícil
estaba enmarcada entre dos vidrios
y con un marco gris.
Lo recuerdo. Cerca del ventanal. En el comedor.

No resistió la fuerza del agua
la podredumbre del Salado
Parecía un ángel
-que Dios tenga de mí
misericordia-
Ahora parece una cara con lepra.
***

*En el año 2003 por un desborde del Río Salado el barrio donde habita Estela Figueroa fue tapado por el agua.

6 comentarios:

alejandro mendez dijo...

Excelente !! Primera vez que me acerco a la poesía de Estela Figueroa. Un grato descubrimiento. Gracias, Irene.

Irene Gruss dijo...

Nunca es tarde. Gracias, Irene

Alejandro Pinto dijo...

fahh, qué lindo leer así.

Irene Gruss dijo...

¿Ha visto? Gracias, Irene

hugo luna dijo...

q bueno escucharla en rosario... pero por suerte la podemos leer aquí...

Irene Gruss dijo...

Dos suertes son, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char