sábado, 7 de enero de 2012

Los hombres nacen suaves y blandos

LAO TSÉ

(老子)
Siglo VI a.C
Libro del curso y de la virtud (Tao Te Ching)
(道德經)
(Fragmentos)


El curso que se puede discurrir no es el curso permanente.
El nombre que se puede nombrar no es el nombre permanente.
Sin nombre es el origen del cielo y de la tierra.
Con nombre es la madre de todos los seres.
Por eso,
en la nada permanente se vislumbrará su misterio,
en el ser permanente se vislumbrará su límite.
Ambos brotan de lo mismo, aunque tienen distinto nombre.
Juntos significan oscuridad.
Oscuridad y oscuridad, puerta de todos los misterios.
***

El curso es vacío que mana,
mas su uso no alcanza plenitud.
Abismal,
diríase el antepasado de todos los seres.
Mella lo agudo,
deslía lo enredado,
templa lo luminoso,
se confunde con el polvo.
Profundo,
diríase perpetuo.
No sé de quién es hijo,
parece anterior al emperador [del cielo].
***

Treinta radios convergen en el cubo de la rueda,
mas en su nada
radica la utilidad del carro.
Se labra el barro para hacer vasijas,
mas en su nada
radica la utilidad de la vasija.
Se horadan puertas y ventanas para hacer un aposento,
mas en su nada
radica la utilidad del aposento.
El ser es lo práctico,
la nada es lo útil.
***

Prescinde de la sabiduría, abandona la inteligencia;
el pueblo se verá cien veces más beneficiado.
Prescinde de la humanidad, abandona la justicia;
el pueblo recobrará la piedad filial y el amor paternal.
Prescinde de la maña, abandona la ganancia;
ladrones y bandidos desaparecerán.
Estos tres consejos son de insuficiente enseñanza,
por eso añado:
manifiesta simplicidad, abriga integridad;
reduce tus intereses, disminuye tus deseos.
***

Los hombres nacen suaves y blandos;
muertos, son rígidos y duros.
Las plantas nacen flexibles y tiernas;
muertas, son quebradizas y secas.

Así, quien sea rígido e inflexible
es un discípulo de la muerte.
Quien sea suave y adaptable
es un discípulo de la vida.

Lo duro y rígido se quebrará.
Lo suave y flexible prevalecerá.
***

Los cinco colores ciegan al hombre.
Los cinco sonidos ensordecen al hombre.
Los cinco sabores embotan al hombre.
La carrera y la caza ofuscan al hombre.
Los tesoros corrompen al hombre.
Por eso, el sabio atiende al vientre
y no al ojo.
Por eso, rechaza esto y prefiere aquello.
***
La Aceptación del Error es el Método para la Depuración


Conocer y no saberlo,
ésta es la perfección.
No conocer y creer saberlo,
éste es el mal.
Conocer el propio mal
es liberarse del mal.
El sabio no tiene mal;
porque lo reconoce, no lo padece.
**
De la versión de Stephen Mitchell y Jorge Viñes Roig, Alianza Editorial, 2007.
Imagen: tomada de http://redescolar.ilce.edu.mx/

1 comentario:

hugo luna dijo...

q bien hace visitar este mundo!!!!

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char