jueves, 2 de junio de 2011

Y no despiertes

Un poema de

AMELIA BIAGIONI
(Gálvez, Santa Fe, Argentina, 1916-
Buenos Aires, 2000)
 
LA FELICIDAD


No sé cuándo
y afuera
los felices bailaban olvidándose,
sin saber que bailaban.
Las desdichas
se apartaban al paso de la fiesta,
y ellos no agradecían, inocentes.
Los felices bailaban en la hierba,
qué lástima,
sin saber que eran príncipes.

Pero yo, que sabía,
no quise abrir mi baile
sin coronar mi sangre verde,
mi sombra doradora.

Tuve que caminar
por el aire
y negar
casi toda la tierra.
Pero al fin entré al círculo
de la reina.

Posible,
sentada en la rosa,
cantándose
peinaba su luz.

Deslumbrada, sin verla,
oh reina, soy feliz,
yo sé que soy feliz, oh madre,
dije.

Ah, puesto que lo sabes,
dijo la reina,
cálzate, hija,
cíñete la diadema,
Y no despiertes.

De El humo (1967)

Para leer más de Amelia Biagioni, aquí

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char