miércoles, 14 de julio de 2010

Todas las pobres cosas tontas que viven un día

WILLIAM BUTLER YEATS
 (Irlanda, 1835-Francia, 1939)


A LA ROSA SOBRE LA CRUZ DEL TIEMPO

¡Rosa roja, rosa orgullosa, triste Rosa de todos mis días!
Acércate a mí, mientras canto sobre los tiempos antiguos:
Cuchulain luchando contra la amarga marea;
Sobre el Druida, gris, nutrido por los bosques, con mirada tranquila,
Que dio a Fergus sueños, y ruina indecible:

Y sobre tu propia tristeza, que las estrellas, envejecidas
En su danza de sandalias plateadas sobre el mar,
Cantan en su triste y solitaria melodía.
Acércate, para que no cegado ya por el destino humano,
Pueda yo encontrar bajo las ramas del amor y del odio,
En todas las pobres cosas tontas que viven un día,
La belleza eterna recorriendo su camino.

Acércate, acércate, acércate –¡ah, déjame sí
Un pequeño espacio para que lo llene el aliento de la rosa!
No vaya a ser que deje yo de oír las cosas comunes que ansían;
El gusano débil escondiéndose en su pequeña cueva,
El ratón de campo que corre junto a mí por el pasto,
Y las pesadas esperanzas mortales que laboran y pasan,
Y sólo busque escuchar las extrañas cosas dichas
Por Dios a los corazones brillantes de aquellos muertos hace mucho,
Y aprender a cantar una lengua que los hombres no conocen.
Acércate; yo cantaré, antes de que me llegue la hora de partir,
Sobre la vieja Eire y los tiempos antiguos:
Rosa roja, Rosa orgullosa, triste Rosa de todos mis días.
***
LA CANCIÓN DE ÆNGUS ERRANTE

Salí al bosque de avellanos,
porque tenía un incendio en mi cabeza,
Y corté y pelé una rama de avellano,
Y enganché una baya al hilo;
Y mientras volaban las polillas blancas,
Y estrellas como polillas titilaban,
Eché la baya en el arroyo
Y atrapé una pequeña trucha dorada.

Cuando la hube dejado en el suelo
Fui a encender el fuego,
Pero algo susurró en el suelo,
Y alguien me llamó por mi nombre:
Se había convertido en una muchacha de tenue brillo
Con flores de manzano en su cabello
Que me llamó por mi nombre y corrió
Y se desvaneció entre el aire que aclaraba.

Aunque ya estoy viejo de vagar
Por tierras bajas y tierras montañosas,
Descubriré dónde se ha ido,
Y besaré sus labios y tomaré sus manos;
Y caminaré por la larga yerba de colores,
Y cogeré hasta el fin de los tiempos
Las plateadas manzanas de la luna,
Las doradas manzanas del sol.
***
LOS HOMBRES MEJORAN CON LOS AÑOS

Estoy cansado de sueños;
Un tritón de mármol, gastado por el clima
En los riachuelos;
Y durante todo el día observo
La belleza de esta dama
Como si hubiese hallado en un libro
Una belleza imaginada,
Satisfecho de tener repletos mis ojos
O mis oídos que perciben,
Encantado de no ser más que sabio,
Pues los hombres mejoran con los años;
Pero aun así, aun así,
¿Es ese mi sueño, o la verdad?
Oh, ¡cómo quisiera que nos hubiésemos conocido
Cuando yo tenía mi ardiente juventud!
Pero envejezco entre sueños,
Un tritón de mármol, gastado por el clima
En los riachuelos.
**
Tomados de www.dim.uchile.cl/~anmoreir/escritos/yeats.html
Traducción: s/d

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char