lunes, 1 de marzo de 2010

No llore con ruido


Sandra Toro
(Buenos Aires,
Argentina, 1968)








VAYAN SABIENDO

No quiero sacar una hoja dejar renglón
bajarme la pollera peinarme un poco
terminar todo el plato sacar la mano de ahí.

No quiero abrir la boca
decir “Ahhhhhhhhhhh” toser seguir el dedo
respirar hondo-contener el aire-respirar normal.

No quiero dar excusas buenos días
pésames lástima rienda suelta
la mano en la reunión.

No quiero precalentar el horno
batir a punto letra enmantecar el molde
agitar antes de servir.

No quiero apilar siempre con este lado hacia arriba
tirar de la palanca en caso de incendio
conservar mi derecha mirar atrás al bajar.

No quiero cortar por la línea de puntos
mantener la distancia firmar al pie
tachar lo que no corresponda

Marcar con una cruz
presionar 1
cerrar paréntesis
***
NANA

callesé
callesé
muerdasé la lengua
hagalé un nudito
como al pañuelito
(ay poncio pilato
si no me das suerte)
No haga más barullo
no pregunte más
callesé
callesé
se está haciendo tarde
hora de ir durmiendo
apriete los ojos
los puños
los dientes
callesé
callesé
no suspire tanto
no llore con ruido
no clave las uñas
callesé
callesé
si parece calma
y es nomás silencio
callesé
callesé
un broche en la boca
y a dormir.
***
Memoria

Dicen que el cuerpo tiene memoria
¿Recordará la hoja que cayó
relámpago o
Cuchilla de Segadora
sobre el cuello?
¿Será este el ardor, la fiebre,
un eco de otro fuego Todavía
subiendo desde mis pies?
¿Habrá esta estría devenido
más de un giro de manivela?
¿Qué llora el ojo?
¿Quién horada Así el pecho?
¿Buscando qué?
¿Será este peso la roca
amarrada al tobillo
Y este ahogo el del agua?
Entonces
¿Es el escalofrío
miniatura de muerte
y el hormigueo en la piel,
Muestra Gratis gusanos, en?
***
Tomados de elplacard.com

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sss
que malo esto es lo peorrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr que puede haber lo hise y mi pperro sige llorando con ruido

ST dijo...

Uy, que sorpresa encontrarme por acá (Me pongo colorada) Gracias, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char