miércoles, 3 de noviembre de 2010

Una hoja de sauce tiembla y gira

Algunos poemas más de CIRCE MAIA

(Uruguay, 1932)

Paisaje de Arles. Van Gogh.

Lo que está en primer plano
es esta enmarañada
maleza de hojas enredadas y oscuras.

Muy en segundo plano
árboles y edificios.
Es como si el pincel hubiera dicho: "Entren
pero no importan tanto"

Y entonces
quedó como empujada
–por detrás de unos árboles–
la torre de una iglesia.

Y una vez y otra vez regresa la mirada
a enredarse y quedarse
aquí dentro, en medio
del nervioso entrevero
de colores oscuros
y formas fuertes
un poco
inacabadas.
***
Escalones

Cambios pequeños y tenaces.
Bajo el cielo ya un grado
de luminosidad o de tibieza.

Ha caído más polvo sobre el piso o la silla.

Pequeñísima arruga se dibuja o se ahonda.

Hay un nuevo matiz en el sonido
de la voz familiar (¿Lo notarías?)

En un coro confuso de entreveradas voces
faltan algunas, otras
aparecen.

La misma
suma total: no hay cambios.

Millonésima ola golpea
millonésima roca
y el degaste
imperceptíble y cierto
avanza.
***
UNIDAD


Una pequeña tarea como esta de
cortar el pan y llevarlo a la mesa,
empieza y luego acaba
-círculo de sentido que se cierra-
la pequeña molécula de un proyecto
/cumplido.

¿Trivial? Tal vez, pero mira dibujarse
con perfección acabadísima
cada gesto enlazado en el siguiente
anillado en la suave
espiral invisible
que va del pensamiento hacia la mano
del ojo hacia el cuchillo.
***
II ("Poemas de Caraguatá")

Pequeños paraísos, imperfectos
y aun así, aun así paradisíacos
instantes frágiles.

Rodeado a ciertas horas por extrañas
perfecciones de corta duración, de imprevista
llegada, sorprendido
por un tono de luz inesperado
que alumbra el aire inmóvil.

(De los árboles sale olor de lluvia
un olor de humedad y de madera.)

Suspendida en el aire
una hoja de sauce tiembla y gira.
Una tela de araña la sostiene.
La tela es invisible.
La hoja es como un signo
amarillo en el aire.

Y gira.
**
Foto tomada de http://www.tacuy.com.uy/

4 comentarios:

Recomenzar dijo...

Me gusta tu estilo de letras Un abrazo desde mi luna

Anónimo dijo...

Su poesía es maravillosa; me conmueve Circe Maia. Esta publicación me mueve a releerla. Gracias.
Susana.

Irene Gruss dijo...

Susana, ¡entonces el blog sirve! Mil gracias, Irene

Maria Taurizano dijo...

Preciosísimo! Gracias, Irene.

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char