(Buenos Aires, Argentina, 1935-1991)
Manuscrito de "Los fondos del Tesoro" |
Los fondos del Tesoro
para llegar a los fondos del Tesoro
hay que encontrar primero un Tesoro
y entrar por la puerta
o bien por la ventana
o deslizar un chico por la grieta
o reptar claraboyas herrumbradas
semiabiertas
tal vez semicerradas
el Tesoro duerme la siesta
ya dejó dicho
-si alguien llama le dices que duermo siesta
-¿aunque sea el ministro?
-aunque lo sea
soy el Tesoro
y he devenido un animal fabuloso
cierto que no figuro en el Manual de zoolo
guía fantástica de Borges
pero figuraré en ediciones próximas
como addenda
como noticia de último momento
o como carne de asterisco
un animal fabuloso
que crece mientras duerme
si lo despiertan
o lo tocan
o pretenden cambiarlo de lugar
se achica hasta desaparecer
y reaparece años después en latitudes remotas
donde el ciclo se cumple inexorablemente
por acción del hombre
que es madera de la historia
y por lo tanto carbón del tiempo
al dormir me agiganto
y al despertar me muero
todos hablan de los fondos
y todos pugnan por jugar en ellos
a los dados a la escondida
vanamente descubren que tales fondos
son como el Cáucaso
un lugar que sólo existe
para los caucasianos
y los guionistas de documentales
no hay forma de alcanzarlos
sin despertar mi siesta
y evaporarme
con fondos frentes y pares medianera
que me dejen en paz
si quieren paz
pero si quieren otra cosa
la tendrán en abundancia
las vacas gordas son pura grasa
mientras las vacas flacas andan ligero
y hasta pueden silbar
soy el Tesoro
un animal fabuloso
no me toquen
dedíquense al arte
hablen de mística
y semántica
mediten debajo de la pirámide
tienen tanto que hacer
la vida por delante
la muerte por delante
y ambas por los costados
por arriba
y por adentro
filosofen
archiven
cuelguen ajos
soy el Tesoro
al dormir me agiganto
y al despertar me muero
déjenme en paz
De La morada imposible, Buenos Aires, Corregidor, 2001.
Cortesía de Isaias Garde
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