jueves, 5 de marzo de 2009

Violeta



Algunas canciones y/o décimas de VIOLETA PARRA


DE CUERPO ENTERO
(Cueca)


El huma
el humano está formado
de un espí
de un espíritu y un cuerpo,
de un espí
de un espíritu y un cuerpo;
de un cora
de un corazón que palpita
al son de
al son de los sentimientos.
El huma
el humano está formado.

Ay, no entiendo los amores,
ay ay ay del alma sola,
cuando el cuerpo es un río,
ay ay ay de bellas olas.
No entiendo los amores
ay ay ay del alma sola.

De bellas olas, sí,
ay ay ay que le dan vida;
si falta un elemento,
ay ay ay negra es la herida.

Comprende que te quiero
ay ay ay de cuerpo entero.


UNA NARANJA ME DIERON
(Por los números)


Una naranja me dieron,
a mí dos me la quitaron,
entre tres la arrebataron,
cuatro por mí se opusieron,
cinco la vida rindieron,
seis por defender por ti,
siete veces conocí
que ocho desprecios me hicieron
nueve lazos me tendieron
diez años te he de querer.

Una flor te regalé,
dos por tenerte segura,
tres por gozar tu hermosura,
cuatro por tenerte fiel,
cinco veces fue la miel
de seis que te vine a ver,
siete son grande placer
ocho besos que te di,
nueve cartas te escribí,
diez años te he de querer.

De una linda maravilla
dos claveles se enamoran,
tres flores del huerto lloran
cuatro flores de Castilla,
cinco lirios me acuadrillan
seis porque entregué esa flor,
siete están a mi favor,
ocho tengo a mi parte,
nueve veces por amarte
diez hortelanos de amor.

Uno de mi estimación
dos me lo quieren quitar,
tres salieron a pelear,
cuatro ganan con mi acción,
cinco me dan la razón,
seis quedaron sin conciencia,
siete me dan la sentencia,
ocho serán los motivos,
nueve me dieron castigo
diez veces en mi presencia.


LA NIÑA QUE ESTÁ BAILANDO
(Cueca valseada)


La vida la niña
la niña que está bailando
la vida se le ve
se le ve el borde ´e la enagua,
la vida se le ve
se le ve el borde ´e la enagua.
La vida y el joven
el joven que la acompaña
la vida la boca
la boca ya se le hace agua.
Esa niña que baila
la vida tiene un pololo
pero cuando va a misa
la vida lo deja solo.
Lo deja solo sí
la vida sigan bailando
esa cueca hualquina
la vida que estoy cantando.
Anda sigan bailando
la vida que estoy cantando.


VOLVER A LOS 17
(Sirilla-canción)


Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar signos
sin ser sabio competente,
volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
volver a sentir profundo
como un niño frente a Dios,
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Mi paso retrocedido
cuando el de ustedes avanza,
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido,
con todo su colorido
se ha paseado por mis venas
y hasta la dura cadena
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento,
todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencias,
sólo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original,
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros,
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo sólo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana,
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.

Estribillo

Se va enredando, enredando,
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra.
Ay sí sí sí
aay sí sí sí.

4 comentarios:

hugo luna dijo...

me gustaron las cuecas De cuerpo entero y Las niñas... gracias!

Irene Gruss dijo...

¿Ha visto qué bonitas? Gracias, don, Irene

tantomundo dijo...

hola irene, tanto tiempo. es un gusto saber de este blog. justo hoy en una librería de córdoba pedí "la mitad de la verdad". te dejo ahora un beso.

Irene Gruss dijo...

Se agradece, se agradece y se saluda, Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char