DANIELA CAMACHO
(Sinaloa, México, 1980; reside en Tokio, Japón)
El escenario es este:
La lluvia suspende su caída para no despertar a los muertos. En el jardín, hay una mujer que tiembla. Una pobre condenada a la memoria:
caja musical cuchilla espejos
Una pobre con el cuerpo abierto, el cuerpo solo. Para siempre.
¿Quién puede masturbarse sin llorar?, se dice, aferrada a flores blancas y también enfermas.
***
Plegaria de mujer sin lengua
un golpe del alba en las flores
me abandona ebria de nada y de luz lila
ebria de inmovilidad y de certeza
Alejandra Pizarnik
Ebria que no, que de la luz no. Ebria y salmodiada por la noche no. Los pájaros más negros de mi boca y los cuchillos no, que de la muerte no. Todo el silencio y el gemir de oboes, la muchacha prostituta en mi ventana, el musgo entre los dientes no. El canto tremebundo de cigarras no, la hondura no. Yo arrastro este muñón de lengua entre palabras mudas que ya no, que lloran porque no. Y es ésta mi plegaria, ésta mi más dulce imprecación: la del dolor que no.
***
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
1 comentario:
Daniela Camacho "la del dolor que no", una imprecación en doble negación.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
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