MIRTA ROSENBERG
(Rosario, Santa Fe, Argentina, 1951)
Fuente: Diario de Poesía, dic. 2011
Ahora, más cerca de la tierra,
veo las mismas cosas
pero veo más. Sentarse
para evitar la distracción,
y la ilusión retrocede.
Puedo menos y sé más
aunque no sepa nada nuevo:
¿seguramente no habrá?
propone el yo
que no alcanzó el desapego.
Sentarse y desconfiar.
***
No sé por qué
veo más. Esta
atmósfera sedente
no atrapó mi cabeza
obstinada en ganar altura,
acontecer allá arriba,
gobernar. El paisaje
interior, Manley Hopkins,
sangra por la herida,
sutura el yo. La verdad,
la virtud, la ilusión, son leudantes
de la vida. Ir adelante, arriba,
avanzar hacia allá, tener pensamientos,
evitar los adjetivos. No calificar.
Sentarse y saber dominar.
***
Saber dominarse.
En las nubes, contemplar
cómo pasan, altas, feas,
disciplinar las ideas,
las palabras un ejército
que va de acá para allá
bajo órdenes del yo
da pelea, le va mal.
Sentarse y capitular.
**
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
1 comentario:
Qué bello! Me dejo una sensación sin palabras.
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