viernes, 16 de diciembre de 2011

Es dulce la boca de la noche

THIAGO DE MELO
(Barreirinha, Brasil, 1926)

LA BOCA DE LA NOCHE
Para Rosemary Alves

Lo que no hice siguió vivo
al revés. Lo que no tuve
pertenece al dolor de mi canto.
La estrella que más amé
enciende mi desencanto.
¿Vinagre? Sombra de vino.
De noche, la vida se tragó
(es dulce la boca de la noche)
los dolores de mi camino.
Mi vuelo se serena
cuando la tormenta me abraza.
Lo que tengo se enriquece
con todo lo que no retuve.
¿Diamante? Flor de carbón.
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Imagen tomada de extensaouninorte.wordpress.com

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char