viernes, 16 de marzo de 2012

Catedrales de mariposas caídas

MARIANO JAUREGUIBERRY
(Argentina, s/d)


Encncandilada
huye de sí misma
la transparencia
***

Ni una moneda
al derrumbarse el día...
No hay reproches
***

Aún sin luz
y se escuchan pisadas.
La puerta abierta
***

¿Y si el mundo no existe?
El mosquito
***

Largo camino
de nubes distraídas...
Agua de pozo
***

Blanqueados
de luna llena,
los sin techo
***

Llegas, mariposa
¿Nos vimos antes?
***


La araña
teje catedrales
de mariposas caídas.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char