miércoles, 18 de marzo de 2009

La vieja y grave melodía

Monólogo de Tristán, de Tristán e Isolda,
música y libreto de Richard Wagner
Fragmento

(Con creciente melancolía)

¿Debo entender que con tu triste sonido
dices eso, vieja y grave melodía?
A través de las brisas de la tarde
llega tímidamente hasta mí,
como antaño le llegó al niño,
anunciándole la muerte de su padre.
A través del amanecer
me llegó, cada vez más tímida,
cuando el hijo se enteró
de la suerte de su madre.
Cuando mi padre me engendró y murió,
cuando mi madre me dio a luz muriendo.
La vieja melodía, tímida y nostálgica,
sin duda que hasta ellos
también llegó con su lamento,
la melodía que entonces me preguntó
y que ahora me pregunta
para correr qué suerte
nací yo en otro tiempo.
¿Para qué suerte?
La vieja melodía
me lo repite ahora:
anhelar ¡y morir!
¡No! ¡Ah, no!
¡No es eso lo que ella dice!
¡Anhelar! ¡Anhelar!
¡Anhelar en la muerte,
no morir de anhelo!
Esa melodía que no muere
clama ahora anhelante
por el reposo de la muerte.

(...)

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char