viernes, 27 de mayo de 2011

Los párpados sobran

Tomada de poetas al tun tun
Algunos poemas de
SOLEDAD CASTRESANA

(La Pampa, Intendente Alvear, Argentina, 1979)


un entierro

todas las noches
encerrábamos a los charitos
en el gallinero

una mañana cedió el tejido
y un revoltijo de plumas
se nos pegó a los ojos

en el patio de la capilla
enterramos los huesos
las patas los picos
hicimos guirnaldas de flores
sobre las tumbas
clavamos cruces
de varillas y alambre

las manos cubiertas de ampollas
rezamos
lloramos

más tarde sacamos las cruces
y las usamos de espadas
***
La celadora
Crío a mis huérfanos
como a mis hijos.

Ellos se dejan limpiar el cuerpo,
las habitaciones.

Comen lo que les doy y duermen,
a veces hacen sonidos hermosos
y no esperan lo que viene
cuando se encienden las luces.

Siempre creí que el miedo
no crecería en cautiverio.
La especie no tiene memoria:
cada individuo repite el terror.
***
Pez de mar

En este mundo de lágrimas
los párpados sobran.
***
Piedra

Aún
lo que no tiene conciencia
puede hacer sombra.

5 comentarios:

hugo luna dijo...

me encantó. no la conocía, me encantó- gracias... saludo!!

Anónimo dijo...

¿Vio cuánta cosa buena? Gracias, Irene

combinaciones dijo...

¡Buen hallazgo!

Verónica Ruscio dijo...

Es magnífica la poesía de Soledad. Gracias por compartirla, Irene.

Un beso y buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Gracias, gente. Buen finde para todos; Irene

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char