miércoles, 30 de noviembre de 2011

Los casos afortunados

EDOARDO SANGUINETTI
(Génova, Italia, 1930-2010)


ENTREVISTA
Por MANUEL MUÑOZ
Fuente: el pais.com 11/05/1984

Pregunta. Esa visión que usted tiene de la obra única, ¿cree que se ha dado de forma inconsciente a lo largo de la historia de la literatura?
Respuesta. Hay una frase de Goethe que dice: "Los escritores modernos nunca escriben sus obras completas". Y Goethe deducía esto de la práctica editorial: se refería a las grandes obras, todo Voltaire, todo Rousseau. Nace entonces una modificación en los escritores, en el modo en que se organiza el trabajo literario. Después de Goethe hay ya como una planificación de la obra literaria y el deseo en todos los escritores de una obra fundamental, continua, que abarqué en cierto modo la suma de la propia vida. Se puede escribir otras obras, pero existe la necesidad de esta obra capital que es como la espina dorsal, y también el resto se organiza en relación con esto.

P. Dice usted que corrige en muy pocas ocasiones los poemas ya publicados.
R. No los corrijo después de la publicación. Cuando reimprimo un libro de poesía no intervengo, y pienso como labor de corrección en la nueva escritura, escribir otras cosas, porque es un trabajo continuo. Como en la vida, no puedo corregir lo que era a los 18 años. Puedo corregirlo pero haciendo otras cosas, si bien tiene un significado muy diferente porque lo reinterpreto. Es lo que hacemos todos en la realidad. Hacer que desaparezcan ciertas cosas, pero son ineliminables, incorregibles, salvo que se las utilice como material para otras cosas diferentes. Es como las experiencias que aparecían dotadas de un primer sentido y luego de esta forma toman otro muy diferente.

P. Al igual que quisiéramos olvidar a veces hechos de nuestra vida, ¿no le ocurre que siente la tentación de eliminar parte de esa obra?
R. No, porque la obra cuando está hecha ya no me pertenece. No digo que esto valga para todos los escritores, pero en mi caso tengo poca memoria, poca memoria subjetiva, digamos, soy distraído, sustancialmente. La poesía es un modo de registrar las cosas que encuentro significativas. No como diario; yo puedo también utilizar en primera persona el diario, pero de otra forma. En la poesía se trata de escribir como lucha contra el olvido. Escribo poesía contra el olvido.

P. ¿Podría volver sobre la idea que usted expresa de hacer un texto que resista cualquier interpretación teatral, lo que guarda relación con la función de la puntuación?
R. Sí. Se trata de que en la puntuación se busca establecer determinadas normas que contengan las posibilidades de interpretación. Pero no existe un sistema de notación tan preciso como para poder decir, por ejemplo, la duración y la velocidad de lectura, las pausas, el tono. Es importante para un escritor poder escribir algo, por así decir, privado de tono. El tono no tiene importancia. Algo que pueda ser dicho seriamente o irónicamente, llorando o riendo, con frialdad o con pasión, el texto fuera del tono, un texto sin psicología. En el momento actual, lo que intento hacer es una poesía cómica. Pero esta poesía cómica no debe hacer reír, no pretende hacer reír. Debe crear una situación de risa loca. Porque estas poesías cómicas quieren ser poesías trágicas. Escribir algo cómico que resuelva un problema no resuelto, como es lo trágico hoy. Para conseguir un texto trágico se puede llegar a él a través de una escritura cómica. Pero una escritura cómica que no hace reír en el sentido rabelesiano de la palabra, sino que provoca una risa loca.
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quema y quema! como dijo aquél (y es una anécdota históricamente garantizada:
y, en mi criterio, de primera clase), cuando volvió a su casa, en Serbia,
en 1942 (y los partisanos, que se habían organizado una cocina, allá adentro, hacía poco
habían encendido el fuego, en la biblioteca, también para calentarse, por cierto,

y lo habían encendido con los libros):
.......quema y quema! como dijo aquél,

entonces, dando una patada a un volumen salvado de una edición valiosa de las Oeuvres
complètes de Voltaire, arrojándolo en medio de las llamas:
.......quema y quema!
dijo, porque todo empezó contigo (y tú que lees estos versos, ahora,
tú que sabes, mira a ver si acaso los honras con un fósforo)

Traducido por Martha L. Canfield
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HE ENSEÑADO...

he enseñado a mis hijos que mi padre fue un hombre extraordinario: (podrán
contarlo, así, a alguien, si lo desean, algún día): y luego, que todos
los hombres son extraordinarios:
y que de un hombre sobreviven, no sé,
quizá diez frases (juntándolo todo: los tics,
los dichos memorables, los lapsus):
y éstos son los casos afortunados:

Versión de Carlos Vitale

HO INSEGNATO...
ho insegnato ai miei figli che mio padre è stato un uomo straordinario: (potranno
raccontarlo, così, a qualcuno, volendo, nel tempo): e poi, che tutti
gli uomini sono straordinari:
e che di un uomo sopravvivono, non so,
ma dieci frasi, forse (mettendo tutto insieme: i tic,
i detti memorabili, i lapsus):
e questi sono i casi fortunati:
***
El primer vino

pruebo cálida espuma
sobre tu lengua.

Versión de J. Aulicino
È il primo vino:

calda schiuma che assaggio
sulla tua lingua.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char