sábado, 1 de agosto de 2009
Las riquezas salvajes
Algunos poemas
de MURIEL RUKEYSER
(EE.UU., 1913-1941)
ESTA MAÑANA
Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día
riendo.
Tras la línea de la memoria
a lo largo del largo del cuerpo de tu vida
donde se mueven infancia, juventud, la vida del tacto,
ojos, labios, pecho, vientre, sexo, piernas,
contra las olas de la sábana.
Miro a través de la plantita
sobre el alféizar de la ciudad
hacia las altas torres como libros,
entrechocándose voraces,
el río centellea, fluye corroído,
el intrincado puerto y el mar, las guerras, la luna, los
planetas, todo lo que puebla el espacio
en el sol visible invisible.
Violetas africanas en la luz
palpitando en un universo palpitante. Quiero una paz
arraigada, y deleite,
las riquezas salvajes.
Quiero hacer mis poemas sensitivos:
encontrar mi mañana, encontrarte entero y
vivo moviéndote entre la gente anestesiada.
Te digo a través del aire:
hoy una vez más
intentaré no ser violenta
un día más
esta mañana, despertando sin cesar al mundo
en el día violento.
**
Nos mirábamos uno al otro
Sí, nos mirábamos uno al otro
Sí, nos conocíamos muy bien
Sí, habíamos hecho el amor muchas veces
Sí, habíamos escuchado música juntos
Sí, habíamos ido juntos al mar
Sí, habíamos comido y cocinado juntos
Sí, habíamos reído a menudo día y noche
Sí, luchado contra la violencia y conocimos la violencia
Sí, odiamos la opresión interior y exterior
Sí, aquel día nos mirábamos
Sí, vimos la luz del sol derramándose
Sí, la esquina de la mesa estaba entre nosotros
Sí, había pan y flores en la mesa
Sí, cada ojo vio los ojos del otro
Sí, cada boca vio la boca del otro
Sí, cada pecho mirándose en el pecho del otro
Sí, todo nuestro cuerpo mirándose en el otro
Sí, estaba empezando en cada uno
Sí, arrojaba olas a través de nuestras vidas
Sí, los latidos tornáronse muy fuertes
Sí, la pulsación se hizo delicada
Sí, el celo el deseo
Sí, la culminación el placer
Sí, fue pleno para ambos
Sí, nos mirábamos uno al otro
Versiones de Diana Bellessi
**
Velocidad de la oscuridad
IX
A esto lleva el tiempo...
A esto lleva el tiempo.
Dilo. Dilo.
El universo está hecho de historias,
no de átomos.
**
IX. Time comes into it...
Time comes into it.
Say it. Say it.
The universe is made of stories,
not of atoms.
**
Esfuerzo en la conversación entre dos personas
Háblame. Toma mi mano. ¿Qué eres ahora?
Te lo diré todo. No ocultaré nada.
Cuando tenía tres años, un niño pequeño leyó un cuento acerca de un conejo
que moría, en el cuento, y me escondí bajo una silla:
un conejo rosa: era mi cumpleaños y una vela
dejó una llaga en mi dedo y yo estaba predestinada para ser feliz.
Oh, crece para conocerme. No soy feliz. Estaré dispuesta:
Ahora estoy pensando en blancas velas contra un cielo como música,
como cuernos gozosos sonando, pájaros inclinados y un brazo en torno a mí.
Hubo uno al que amé que quería vivir, navegando.
Háblame. Toma mi mano. ¿Qué eres ahora?
Cuando tenía nueve, era sentimental,
fluida: y mi tía viuda tocaba a Chopin,
recliné la cabeza sobre la mesa de madera pintada y lloré.
Quiero estar cerca de ti ahora. Enlazaría estrechamente
los minutos de mis días, de alguna forma, a los tuyos.
No soy feliz. Estaré dispuesta.
Me gustaban las lámparas en las esquinas del anochecer, sencillos poemas.
Ha habido miedo en mi vida. Algunas veces especulo
Qué tan trágica fue su vida realmente.
Toma mi mano. Golpea con tu puño mi mente. ¿Qué eres ahora?
Cuando tenía catorce, tuve sueños de suicidio,
y permanecí en una ventana empinada, al atardecer, esperando la muerte:
si la luz no hubiera fundido las nubes y las llanuras en la belleza,
si la luz no hubiera transformado ese día, habría saltado,
Soy infeliz. Estoy sola. Háblame.
Estaré abierta. Creo que él nunca me amó:
amó las brillantes playas, los pequeños labios de la espuma
que cabalgan en pequeñas olas, él amó el viraje de las gaviotas:
dijo con voz alegre: te amo. Crece para conocerme.
¿Qué eres ahora? Si pudiéramos tocarnos,
si nuestras entidades separadas pudieran llegar a unirse,
apretadas como en un rompecabezas chino... ayer
estuve en una calle llena, viva con gente,
y nadie dejó una palabra, y la mañana brilló.
Todos silenciosos, moviéndose... Toma mi mano. Háblame.
**
Effort at speech between two people
Speak to me. Take my hand. What are you now?
I will tell you all. I will conceal nothing.
When I was three, a little child read a story about a rabbit
who died, in the story, and I crawled under a chair:
a pink rabbit: it was my birthday, and a candle
burnt a sore spot on my finger, and I was told to be happy.
Oh, grow to know me. I am not happy. I wil be open:
Now I am thinking of white sails against a sky like music,
like glad horns blowing, and birds tilting, and an arm about me.
There was one I loved, who wanted to live, sailing.
Speak to me. Take my hand. What are you now?
When I was nine, I was sentimental,
fluid: and my widowed aunt played Chopin,
and I bent my head on the painted woodwork, and wept.
I want now to be close to you. I would
link the minutes of my days close, somehow, to your days.
I am not happy. I will be open.
I have liked lamps in evening corners, and quiet poems.
There has been fear in my life. Sometimes I speculate
On what a tragedy his life was, really.
Take my hand. Fist my mind in your hand. What are you now?
When I was fourteen, I had dreams of suicide,
and I stood at a steep window, at sunset, hoping toward death:
if the light had not melted clouds and plains to beauty,
if light had not transformed that day, I would have leapt,
I am unhappy. I am lonely. Speak to me.
I will be open. I think he never loved me:
he loved the bright beaches, the little lips of foam
that ride small waves, he loved the veer of gulls:
he said with a gay mouth: I love you. Grow to know me.
What are you now? If we could touch one another,
if these our separate entities could come to grips,
clenched like a Chinese puzzle... yesterday
I stood in a crowded street that was live with people,
and no one spoke a word, and the morning shone.
Everyone silent, moving... Take my hand. Speak to me.
Versión de Isabel Jazmín Ángeles, autora de la plaquette de traducciones In Excelsis. Poesía femenina anglosajona, editorial Mala Estrella, 1998.
**
Anémona
Delicado y profundo.
Mis ojos se abren, mis ojos se cierran,
me miras con tu mirada despierta.
Mi boca se cierra, mi boca se abre,
me estás mirando con tus rojas promesas.
Mi sexo se cierra, mi sexo se abre,
tú cantas y ofreces: camino hacia adentro.
Mi vida se cierra, mi vida se abre.
Estás dentro de mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
2 comentarios:
qué buena! Se conseguirá acá? Hermoso el principio del poema "esfuerzo en la conversación...". Gracias.
Tendrías que conseguir, poder conseguir, la antología de poetas norteamericanas "Contéstame, baila mi danza", selección y traducción de Diana Bellessi.
Publicar un comentario