(Buenos Aires, Argentina, 1979)
Modelo
en estudio de pintor
Ansío el
roce del lápiz contra el papel
la caricia
del pulgar que esfuma el trazo.
Voy a
esperar a que prepare sus cosas.
A que
despierte el ojo que todo lo ve.
30 minutos.
Su rostro rezuma sudor.
Me mira y
es como si viera
más allá
del más allá.
45 minutos.
Un mosquito hunde su trompa.
El poro se
rebela en hinchazón.
El isquión
lucha por adaptarse,
un
deslizamiento mínimo
que atenúe
la molestia.
50 minutos:
"Abre los ojos"
La menor
tensión del músculo
cambia la
escena, la pose se modifica
el rictus
es otro, nuevo y distinto.
60 minutos.
La mancha de vino en la pared
se
convierte en un espía a quien llamo Dimitri.
Con él
dialogo en la duermevela.
75 minutos:
"No muevas la mano, por favor".
Los huesos
del coxis gritan desde su caja.
La
inmovilidad que parecía un descanso
se vuelve
una jaula en la que estoy atrapada
en la que
busco no ya estar cómoda
sino
atenuar el dolor.
A través de
los párpados la luz cambia.
Al final,
la disciplina hace la vida más fácil.
A una orden
suya podré moverme
pero eso no
me hará libre.
Voy a correr
a abrazarlo.
3 comentarios:
muy bien!
Gracias, Irene. Te mando un abrazón.
Y otro para cada una; Irene
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