(Nueva York, EE.UU., 1950)
Sin música
Sólo la radio del auto
al ir a la farmacia al restaurante a su departamento:
rock, canciones viejas de las buenas,
a veces, apenas, música del piano
de la profesora del primer piso.
Pero casi todo ocurrió sin música.
El tintineo de una cuchara desde la cocina,
alguien que habla. Silencio.
Alguien que duerme. Alguien que mira a alguien dormir.
***
Mis amigos muertos
Cuando estoy cansada y no logro decidir
algún asunto difícil
he empezado a pedir opinión a mis amigos muertos
y la respuesta es casi siempre inmediata y transparente.
¿Acepto el trabajo? ¿Me mudo a la ciudad?
¿Intento concebir un hijo en mi madurez?
De pie mueven sus cabezas sonrientes al unísono
Lo que conduzca a la alegría, contestan siempre,
a más vida y menos preocupación.
Miro dentro del jarrón donde estuvieron las cenizas de Billy
es verde ahí dentro, un jarrón verde
y le pregunto a Billy si debo devolver esa llamada
y dice: sí.
Billy ya atravesó la temible puerta
y lo que diga eso haré.
***
La madre
En su vejez temprana las uñas de los pies se curvan sobre sus dedos
de forma que cuando avanza por la cocina algunas hacen clic.
junto al cesto de la ropa sucia, inmóvil,
como una estatua en ese juego de niños que juegan sus niños—
y el zumbido suave de la voz vigilante de su hija, alegando razones,
elevándose, y la primera bofetada,
y el chirrido de la silla de su hijo empujada hacia atrás del escritorio,
el aire espeso con sus escuchares separados,
y de nuevo la voz de la niña, llorando quedamente, el crujir de su cama…
En el juego, alguien debe tocarte para hacerte libre
y entonces eres de nuevo humano.
Traducciones: Mori Ponsowy
***
Después de la película
Mi amigo Michael y yo estamos caminando a casa discutiendo la película.
Él dice que cree que una persona puede amar a alguien
y todavía ser capaz de asesinar esa persona.
Le digo No, eso no es amor. Eso es apego.
Michael dice No, eso es amor. Podés amar a alguien, y que llegue un día
en que te veas forzada a pensar “es él o yo”,
pienses “yo” y lo asesines.
Le digo Entonces no es más amor.
Michael dice Sin embargo, fue amor hasta entonces.
Digo Puede ser que nos refiramos a diferentes cosas por la misma palabra.
Michael dice Los humanos son complicados: el amor puede existir incluso en el corazón asesino.
Le digo que lo que podemos querer decir por amor es deseo.
El amor no es un sentimiento, digo. Y Michael dice ¿Entonces qué es?
Estamos caminando por la calle West 16th –una noche despejada- y oigo mi voz
repitiendo lo que solía decirle a mi marido: El amor es acción, solía decirle.
Simone Weil dice que cuando amás verdaderamente sos capaz de mirar a quien querés comer y no comerlo.
Janis Joplin dice tomá otra pequeña parte de mi corazón ahora, amor.
Meister Eckhardt dice que mientras amemos las imágenes están condenadas a vivir en el purgatorio.
Michael y yo estamos parados en la esquina de la 6ta avenida diciendo buenas noches.
No puedo tomar suficiente del spritzer de mandarina que acabo de comprar-
una y otra vez me llevo la fría lata a mi boca y chupo la cosa del agujero
que hizo la chapita.
¿Qué hacés mañana?, dice Michael.
Pero lo que pienso que dice es “Sos muy estricta. Sos una monja”.
Luego pienso ¿Amo lo suficiente a Michael para dejarlo pensar estas cosas de mí incluso si no las está pensando?
Sobre Manhattan la luna se pierde y el cielo se vuelve más claro y frío.
A pesar de que los días después del solsticio empezaron a alargarse,
los dos sabemos que el invierno sólo ha empezado.
Traducción: Tom Maver
***
EL MOMENTO
Ah, ese momento así-repentino
en que, no pasa
nada
y no hay listas de cosas-por-hacer
tal vez por medio instante
la prisa del tránsito se detiene.
El zumbido del Debo ser, Debo ser, Debo ser
se desacelera hasta callar,
y ya ni se mueven las blancas cortinas de algodón.
Traducción: G.A. Chaves
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