lunes, 19 de agosto de 2013

No los sostiene amor ni índole mágica

JORGE AULICINO

J. Vermeer. Tomada de /www.ibiblio.org
(Buenos Aires, Argentina, 1949)


Jan Vermeer

si disuelvo a esa niña en su patio

a la matrona en el cuarto interior
a la mayor cota de disolución posible
¿tengo la verdad?

Digo, no es sólido nada, todo es corpuscular

y como llevo luz a la cuerpos, éstos
estallan silenciosamente y todos creen
estar viéndolos en sueños o en infancia

pero no: es ésta la realidad

no los sostiene amor ni índole mágica
andan juntos por estupor o retinas
mi amor, mi hija querida,
la matrona de la planta baja,
el patio egregio

llanto por el color de la luz

amor por el color por la luz
pasión por lo unido transitorio ilusorio
galaxias andan por allí por acá
los rostros galácticos las constelaciones corpusculares
confunden 
lo que amamos
está
lo que amamos: explosión de la luz/realidad de la luz

Recopilado en Estación Finlandia, bajo la luna editorial, 2012.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char