martes, 4 de julio de 2017

Como una carcajada sin razón seria

Anna Swir
(Anna Swirszcynska)
(Varsovia, Polonia, 1909- Cracovia, id., 1984)





FELIZ COMO LA COLA DE UN PERRO

  Feliz como algo trivial
        libre como una cosa trivial.
        Como algo que nadie aprecia
        y que tampoco se aprecia mucho a sí mismo.
        Como aquél del que todos se burlan
        mientras él se burla de la burla.
        Como una carcajada sin razón seria.
        Como un grito que se sobregrita.
        Feliz, pase lo que pase
        como cualquiera, pase lo que pase.

        Feliz
        como la cola de un perro.

(Traducción del polaco de Czeslaw Milosz y Leonard Nathan)
**
Su más grande amor

Tiene sesenta años. Vive
el amor más grande de su vida.

Camina abrazada con su amor,
el viento le despeina los cabellos.

Su amor le dice:

-Tienes el cabello como perlas.

Sus hijos dicen:

-Vieja loca.
**
PANTUFLAS BLANCAS DE BODA

A la noche
mi madre abrió un baúl y sacó
sus blancas pantuflas de boda.
Entonces las embadurnó 
un buen rato con tinta.

Temprano en la mañana
salió con esas pantuflas
a la calle
para hacer la cola del pan.
Hacía quince bajo cero,
se paró
durante tres horas en la calle.

Estaban entregando
un cuarto de pan de molde por persona.

Traducción de Czeslaw Milosz
**
Primer madrigal

Esta noche de amor
era pura
como un antiguo instrumento de música
y el aire que levantaba. 

Suntuosa
como un rito de coronación
y carnal
como el vientre de la parturienta
espiritual
como la cifra.

No era más que un instante
pero quizo ser un balance de la vida.
Muriéndose
todavía se empeñaba en conocer
el principio del mundo.

Esta noche de amor
tenía aspiraciones. 

Traducción de Krystyna Rodowska

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char