lunes, 16 de abril de 2018

Camino sin agua y sin brújula

Viviana Paletta

(Buenos Aires, Argentina, 1967. Reside en Madrid desde 1991)

Librecambio

No se puede medir
esta extensión
con una lengua raquítica.
Hemos alcanzado el principio
de la igualdad
del dinero.
Demás está decir que llueve
y un párpado aterido
concede la licencia
para dispararle.
Es un cuerpo vano. Se enreda entre las hojas.
La tarde ni se asombra.
Cambio es dinero.
Quietud es dinero.
Al cuerpo no le atañe lo que es.
No presiente su parcelación,
el éxtasis de las mercancías.
Su don nadie en las guerras ajenas.
No va más allá de la fosa común
y su arpón sin rezo.
Sólo su cabeza vacila
entre la quietud y la escasez.
**
El ropavejero

Tengo mi capa de trapos.
Mi fusil sin hombro.
El poncho mezquino del cielo
envuelve la luz,
esconde
una esquirla de plata.

El miedo flamea
con su casaca rotosa,
con su paso descalzo.

Camino sin agua y sin brújula.
No veo la rígida constelación sur.
Voy derechito a la emboscada
o al paludismo.

Oigo descargas lejanas, inconexas.
Es la interrumpida noticia que da el silencio.

Siento pozos de frío
en mi cuerpo.

De Las naciones hechizadas. Colección Once de la editorial Amargord, 2018.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char