jueves, 19 de julio de 2018

La hora que nunca brilla

José Martí 

(La Habana, Cuba, 1853-1895)

Lo que debes amar


Debes amar
la arcilla que va en tus manos;
debes amar
su arena hasta la locura
y si no,
no la emprendas que será en vano;
sólo el amor
alumbra lo que perdura…
sólo el amor
convierte en milagro el barro…
Debes amar
el tiempo de los intentos;
debes amar
la hora que nunca brilla;
y si no,
no pretendas tocar los yertos…
sólo el amor
engendra la maravilla
sólo el amor
consigue encender lo muerto…

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char