jueves, 6 de septiembre de 2012

Fascinación del error y símbolos de fe

Marcel Proust, visto por Tullio Pericoli

Algunos poemas de MARCEL PROUST
(Francia, 1871-1922)

Lunes a la una

La insensibilidad de la naturaleza toda
Parece así colmar de nuestros corazones el vacío.
Decepcionante juego de la ciega materia
En el ópalo y el cielo y los ojos donde, victorioso
Y alternativamente herido, soñar parecía el amor.
La forma de los cristales, el pigmento de las pupilas,
Y el espesor del aire nos engañan sucesivamente,
Tratando de engañar nuestros dolores eternos
Con la naturaleza, y la mujer, y los ojos;
Y la delicadeza del azul pálido
Es una mentira en el ópalo
Y en el cielo y en tus ojos.
***
Contemplo a menudo el cielo de mi memoria 
(Fragmento)

Borra como una bruma el olvido los rostros,
Los gestos adorados en otro tiempo a lo divino,
Por quien locos estuvimos, por quienes fuimos sensatos,
Fascinación del error y símbolos de fe.
*
Todo lo borra el tiempo, la intimidad de las noches,
Mis dos manos en su cuello como la nieve virgen
Sus miradas que acarician como un arpegio mis nervios
Mientras sobre nosotros sus incensarios la primavera agita.
*
Otros, los ojos sin embargo de una mujer alegre,
Así como las penas eran vastos y negros.
Espanto de las noches, de las tardes misterio,
Entre esas mágicas cejas estaba su alma toda.
*
Todo lo borra el tiempo como las olas borran
los trabajos infantiles sobre la allanada arena
habremos de olvidar estas palabras tan precisas
tan vagas,
tras las que el infinito sentimos cada uno.
***
…Mi lámpara, en una mesilla al lado de mi cama, en medio de vasos, de frascos, de bebidas frescas, de librillos
preciosamente encuadernados, de cartas de amistad o de amor, ilumina vagamente en
el fondo mi biblioteca. ¡La hora divina! A las cosas usuales, como a la naturaleza, las he
hecho sagradas por no poder vencerlas. Las he revestido con mi alma y con imágenes
íntimas o espléndidas. Vivo en un santuario, en medio de un espectáculo. Soy el centro de
las cosas y cada una me procura sensaciones y sentimientos magníficos o melancólicos,
que disfruto. Ante los ojos tengo visiones espléndidas. Se está bien en esta cama… Me
duermo.

Traduccción: Mauro Armiño

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char