Dos poemas inéditos de DARÍO ROJO
(Eduardo Castex, La Pampa, Argentina, 1964)
De La Sexta armonía
Estar feliz y libre de toda preocupación es la primera armonía. Tener un ánimo favorable a una rápida captación es la segunda armonía. Un clima agradable con la correcta dosis de humedad en el aire es la tercera armonía. Una perfecta correspondencia entre el papel y la tinta es la cuarta armonía. Un repentino, espontáneo deseo de escribir es la quinta armonía.
Jiang Kui
Tratado de caligrafía (Shu pu)
(Fragmento)
En otra imagen fingía la sonrisa
porque en verdad era feliz
y esa voluntad de costumbre
y fortaleza hoy se transforma
en pescado congelado, en plato
de amor y suprema generosidad,
la superficie plateada
convertida en campos de trigo
aunque cada día somos menos
los que se han de alimentar.
Y en la cápsula de la sexta armonía
también la otra sustancia, la que hace
que un topo vaya del exterior al exterior.
Flotando
junto a sus aceitosos parpados
que se desentienden
de la buena nueva. Sustancia:
parte y perfil. Alejado de todo
el hielo y cercana a la naturaleza
del mecanismo, necesidad
de los principios físicos
para mantener el impulso del ciclista.
¡Levanta, pues, la orgiástica
nube de acero que en microscópica
esfera se concentra!
Entrégate al lugar donde nada
hay por hacer, núcleo del supremo
benefactor, y así, de este modo
podría conducirse por el infierno
de los simios sin necesidad
de llevar una doncella de la mano,
“por la mano su destino sella
por el simio y la doncella
distinto infierno que no cesa.”
***
Encerrado en un auto inmóvil
los futuros colones lustran las armas
con la que construirán su nuevo mundo
con todo lo que no puede verse
durante el día, su boato en la
imposibilidad del vacío del corazón
imposibilidad de cerrar la cápsula
imposibilidad de manipular sustancias
imposibilidad de incorporar recuerdos.
***
Segunda parte
(Fragmento)
En efecto: por motivos regulares
como los del plato y la fruta que no servirán
para rey mago o camello del desierto
se creó la necesidad de transformar
esa ciudad en una cámara oscura:
de brea teñidos la totalidad de los árboles
y las paredes relucientes
para que invertido el exterior
brinde su reflejo. En tanto,
la culpa por las especies extinguidas
se diluía organizándose en un ariete
evanescente que en las futuras ruinas
derrocaría el objetivo del instituto:
la humana condición.
Y en un ahora que nunca será entonces
vértebras de lo que está dormido
deterioran la oxidada felicidad
de una cápsula lunar en una caja de pastillas.
y esa voluntad de costumbre
y fortaleza hoy se transforma
en pescado congelado, en plato
de amor y suprema generosidad,
la superficie plateada
convertida en campos de trigo
aunque cada día somos menos
los que se han de alimentar.
Y en la cápsula de la sexta armonía
también la otra sustancia, la que hace
que un topo vaya del exterior al exterior.
Flotando
junto a sus aceitosos parpados
que se desentienden
de la buena nueva. Sustancia:
parte y perfil. Alejado de todo
el hielo y cercana a la naturaleza
del mecanismo, necesidad
de los principios físicos
para mantener el impulso del ciclista.
¡Levanta, pues, la orgiástica
nube de acero que en microscópica
esfera se concentra!
Entrégate al lugar donde nada
hay por hacer, núcleo del supremo
benefactor, y así, de este modo
podría conducirse por el infierno
de los simios sin necesidad
de llevar una doncella de la mano,
“por la mano su destino sella
por el simio y la doncella
distinto infierno que no cesa.”
***
Encerrado en un auto inmóvil
los futuros colones lustran las armas
con la que construirán su nuevo mundo
con todo lo que no puede verse
durante el día, su boato en la
imposibilidad del vacío del corazón
imposibilidad de cerrar la cápsula
imposibilidad de manipular sustancias
imposibilidad de incorporar recuerdos.
***
Segunda parte
(Fragmento)
En efecto: por motivos regulares
como los del plato y la fruta que no servirán
para rey mago o camello del desierto
se creó la necesidad de transformar
esa ciudad en una cámara oscura:
de brea teñidos la totalidad de los árboles
y las paredes relucientes
para que invertido el exterior
brinde su reflejo. En tanto,
la culpa por las especies extinguidas
se diluía organizándose en un ariete
evanescente que en las futuras ruinas
derrocaría el objetivo del instituto:
la humana condición.
Y en un ahora que nunca será entonces
vértebras de lo que está dormido
deterioran la oxidada felicidad
de una cápsula lunar en una caja de pastillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario