viernes, 1 de enero de 2016

La superficie pasa

MERCEDES ROFFÉ
(Buenos Aires, Argentina, 1954. Reside en EE.UU. desde 1995)
Olga Rozanova, «Tsvetopis, 1, c. 1917».


TSVETOPIS, 1

ZA ZA ZA ZA ZA UMMMM
za za za za za ummmm
grita
balbucea
la mistérica
glándula
pineal
inserta como un blanco la palabra
justo
en el descentro
de ese trono del alma
o Ajna
o punto
ciego
órgano
del temblor
sanguinolento avatar
iluminado y necio
el ojo
celestial
un poco estrábico un poco
hermano
de aquel sonriente pólipo
de Redon
que mira absorto
siempre
al infinito
y aun sonriendo un poco
siempre
un poco
como la muerte
***
TSVETOPIS, 3

en cambio aquí hay estudio
un tiempo
de meditar y medir
las consecuencias
un círculo arrebolado o
casi
y otro círculo dentro
y otro adentro
y otro
solo esa aguja fija, excéntrica
nos alerta
como queriendo
dar la ilusión
de un nuevo orden
más lábil
más perfecto

De «Las hijas de Aracne», en Teoría de los colores (2015).
***
CAUDALES

diríase que ha pasado el mar
por estos lechos
primero las orillas
luego los cauces
luego
luego las aguas
diríase que primero
la superficie pasa
o alguna forma de contorno
luego el caudal
y luego
el silencio que brama

Inédito
***
TEMPLO

Entretanto
en el bosque de piedras cubiertas de musgo
se oye
el croar del silencio


Inédito

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char