(Buenos Aires, Argentina, 1982)
Emilio
Siempre te veo quieto en la puerta del negocio
contemplando la nada o los galpones comerciales
donde no sucede otra cosa que el trabajo
tu ocupación gira entorno al movimiento del barrio
aunque por acá sólo vivan viejos que tienen perritos, gatos
o alguna hija también entrada en años
la fachada de tu local se enfrenta a la mía
nos separa una calle que es transitada
por micros que van y vienen a paraguay
a veces estás parado en la puerta del negocio
al mismo tiempo en que yo me asomo
a ver si algo finalmente sucede.
De Día tras día, Colección Chapita, 2009.
***
Cuando la forma del día desvanece
Cuando la forma del día desvanece
esta ligazón con las cosas
ya no es una palabra arrítmica
es una fruta abandonada, de verdulería
lo que no puedo nombrar no me pertenece
aún así cuando lo digo
adopto la forma extraña de un tren
que retrocede varias veces por la misma vía.
***
LA NOCHE NO LLEGA NUNCA
y cuando camine por esta calle y ya no viva en ella
es probable que la noche venga, como vienen las cosas
que se esperan desde hace tiempo
el que no sabe dónde está tampoco sabe quién es
y el viento fuerte es una noticia que aguarda por nosotros
un soplo que nos dirige hacia donde nunca estuvimos
pero inevitablemente iremos.
***
COMO SI NO TUVIERAN VIDA PROPIA FLOTAN LAS RAMITAS EN LA CORRIENTE
pequeñas partes de un árbol que nunca vimos
de este lado del monte, están ahí
como si alguien las hubiera metido en el agua
para que lleguen a la orilla con un extraño propósito
amontonadas se van tejiendo en una trenza
éstas ramitas que en el árbol, secas
proyectaban su esqueleto a contraluz
y que ahora, vacías de voluntad
son empujadas a ir adonde las lleve el viento.
De Cuando la forma del día desvanece, Caleta Oliva, Buenos Aires, 2016.
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