sábado, 6 de mayo de 2017

Plutarco me ha mostrado el camino de la resignación

Ludwig van Beethoven
(Alemania, 1770-1827) 



Carta a Franz Gerhard Wegeler
Viena, 29 de junio de 1800

Mi querido y buen Wegeler:

¡Cuánto he agradecido tu recuerdo! A decir verdad, lo he merecido bien poco, y aun he procurado mucho menos merecerlo. Pero eres tan bondadoso, que todo lo perdonas, incluso mi imperdonable negligencia. Sigues siendo siempre el tan leal, inquebrantable, el perfecto amigo mío. Pero ni remotamente puedas pensar nunca que yo te he olvidado, ni a ti, ni a ninguno de ustedes(1) que fueron tan queridos y preciados para mí. Hay momentos en los cuales, yo siento el deseo profundo de verlos, y lo que es más, me gustaría pasar algún tiempo con ustedes. ------ Mi patria, ese hermoso país donde por primera vez abrí los ojos a la luz, todavía me parece verlo ante mí, tan bella y tan claramente como cuando lo dejé. Para decirlo brevemente, el día en el que yo pueda volver encontrarlos a ustedes, y a nuestro Padre Rhin, será el más feliz día de mi vida ------- Cuándo eso será, no puedo todavía decirlo. Pero realmente puedo asegurarte que cuando nos volvamos a encontrar, ciertamente verás que me he vuelto un tipo de primera; no solamente como artista, sino también como hombre, me verán mejor y completamente desarrollado. Y si nuestra Patria Natal estuviera entonces en una condición más próspera, mi arte sería ejercitado solamente para el beneficio de los pobres. Oh, qué bendito instante, qué feliz sería si me fuese dado acercarte a mis deseos, a mis obras ------ Tú quieres saber pormenores acerca de mi situación presente. Bien, a grandes rasgos no me va nada mal. Ya que desde el año pasado Lichnowsky quien, aunque lo encuentres difícil de creer, fue siempre y todavía es mi más cálido amigo (por supuesto que hemos tenido pequeños contratiempos, pero que solo han fortalecido nuestra amistad) ha dispuesto para mi una suma fija de 600 gulden, con la que puedo contar hasta que consiga un puesto adecuado. Mis composiciones me producen un buen monto; y puedo decir que tengo más encargos de los que puedo cumplir. Es más, para cada composición, puedo contar con seis o siete editores, y más si los quisiera; la gente ya no llega a acuerdos conmigo sobre precios, yo decido mi precio y ellos pagan. Por lo que ves me encuentro bastante agradablemente situado. Por ejemplo, si veo a un amigo en necesidad, y mi monedero no me permite ayudarlo inmediatamente; bien, entonces lo único que tengo que hacer es sentarme y componer, y en un corto tiempo puedo acudir en su ayuda ------- También, me encuentro viviendo más económicamente de forma más sensata de lo que solía hacerlo; y si me quedo a vivir en Viena, no tengo dudas de poder conseguir un día por año para un concierto. Ya he dado algunos conciertos. Pero ese demonio celoso, que es mi desgraciada salud, me ha puesto un feo palo en la rueda; y la cosa es así: que por los últimos 3 años mi oído se ha ido debilitando más y más. El problema supuestamente ha sido causado por la condición de mi abdomen, que como sabes siempre me ha molestado, inclusive desde antes de dejar Bonn, pero que se ha vuelto peor en Viena, donde he sido constantemente atacado por diarrea y por lo tanto por una extraordinaria debilidad. Frank(2) ha tratado de tonificar mi constitución con medicinas fortificantes, y mi oído con aceite de almendras, pero la sordera se volvió peor, y mi abdomen siguió igual que antes. Tal era mi condición hasta el otoño pasado, y algunas veces llegué a desesperar. Entonces un asno doctoral me aconsejó tomar baños fríos para mejorar mi condición. Otro doctor, más sensato, prescribió los usuales baños tibios en el Danubio. El resultado fue milagroso; y mis entrañas mejoraron. Pero mi sordera persistió o, debería decir que se tornó aun peor. Durante el último invierno me sentí realmente desgraciado, ya que pasé verdaderamente tremendos ataques de cólicos, y otra vez volví completamente a la situación anterior. De esa forma permanecí hasta cerca de hace cuatro semanas, cuando fui a ver a Vering(3). Ya que comencé a pensar que mi condición demandaba la atención de un cirujano también; y de cualquier modo, yo tenia confianza en el. Bueno, el tuvo éxito en controlar casi completamente esta violenta diarrea. Prescribió baños tibios en el Danubio, a los cuales tenia que siempre agregar una botella de ingredientes fortificantes. No ordenó medicinas hasta hace cerca de 4 días, cuando me prescribió pastillas para mi estómago y una infusión para mi oído. Como resultado, podría decir que me siento mucho mejor y más fuerte; pero mis oídos continúan zumbando y vibrando día y noche. Debo confesarte que estoy viviendo una vida miserable. Por casi dos años he cesado de concurrir a eventos sociales, ya que encuentro imposible decirle a la gente: estoy sordo. Si tuviera otra profesión cualquiera, podría ser capaz de manejarme con esa incapacidad; pero en mi profesión es una debilidad terrible. Y si mis enemigos, de los cuales tengo un numero apreciable, supieran de esto, qué dirían? ------- Para que te hagas una idea de esta extraña sordera, déjame decirte que en el teatro, tengo que ubicarme bastante cerca de la orquesta para poder entender lo que el actor está diciendo, y que a mayor distancia no puedo oír las notas altas de los instrumentos o las voces. En cuanto a la palabra hablada, es sorprendente que alguna gente no haya notado aún mi sordera; pero ya que soy conocido por lo distraído, atribuyen mi falta de oído a eso. Algunas veces casi no puedo escuchar a una persona que habla suavemente; puedo escuchar sonidos, es verdad, pero no puedo comprender las palabras. Pero si alguien grita, no puedo soportarlo. Solo el Cielo sabe qué pasará conmigo. Vering me dice que mi oído mejorará sin duda, aunque mi sordera no sea completamente curada ----- Ya he maldecido a menudo a mi creador y a mi existencia. Plutarco me ha mostrado el camino de la resignación. Si es posible voy a retar al destino, aunque mientras viva habrá momentos en los que seré la más infeliz criatura de Dios ------- Te ruego no digas nada de mi condición a nadie, ni siquiera a Lorchen; solamente te estoy contando esto como un secreto; pero me parecería bien si tienes correspondencia con Vering acerca de esto(4). Si mi problema persiste, los visitaré la próxima primavera. Tu me alquilarás una casa en alguna bella parte del país, y entonces por seis meses llevaré la vida de un campesino. Tal vez eso haga alguna diferencia. Resignación! Qué triste recurso! Y es el único que me queda ----- Tú me perdonarás, lo sé, por pedirte a ti, que estás enfrentando ya tanto dolor, que te intereses por los problemas de tu amigo ------ Steffen Breuning está ahora en Viena, y nos vemos casi cada día. Me hace muy bien renovar los viejos sentimientos de amistad. El se ha transformado en un excelente, espléndido muchacho, muy bien informado, y que, como todos nosotros, más o menos, lleva su corazón en el sitio correcto. Yo tengo ahora muy buenas habitaciones que miran hacia la muralla (Bastei) y que por lo tanto son extremadamente beneficiosos para mi salud. Casi seguramente podré arreglar para que B[reuning] se venga conmigo ------- Voy a mandarte tu Antíoca y también una gran cantidad de mis composiciones, siempre que no lo consideres un gasto excesivo de correo. Francamente tu amor por el arte todavía me da el más grande placer. Si me haces saber, como arreglarlo te mandaré todas mis obras, que debo admitir que en este momento son un numero bastante grande y un numero que crece cada día -------- Como cambio por el retrato de mi abuelo, que te pido me mandes por el carruaje de correo tan pronto como te sea posible, te mandaré el retrato del nieto, de tu siempre leal, afectuoso Beethoven. Este retrato(5) esta siendo publicado aquí por Artaria, que como muchos editores de otros países, me había pedido un retrato a menudo. ------ Pronto le escribiré a Stoffel y lo voy a sacudir un poco a cerca de su terquedad; voy a remachar sus oídos acerca de nuestra vieja amistad y voy a insistirle en recibir de él la solemne promesa de no causarte mas problemas, que ya estas sufriendo demasiado -------- también le voy a escribir a nuestra Lorchen, de amable corazón. -------- Aunque nunca les he mandado noticias de mí, jamás he olvidado a ninguno de ustedes queridos míos, pero como sabes, escribir nunca fue mi punto fuerte. Mis mejores amigos no han recibido carta mía por años. Vivo enteramente en mi música; y casi no he terminado una composición, cuando ya he comenzado otra. A mi actual ritmo de composición, a menudo estoy produciendo tres o cuatro trabajos al mismo tiempo ------ Ahora, escríbeme más a menudo y yo me prometo encontrar tiempo para escribirte ocasionalmente. Saluda de mi parte a todos, en particular a nuestra amable Frau Hofrätin (Frau von Breuning, madre de Lorchen), y dile que “todavía tengo mis raptus a veces”(6) En cuanto a Kochs no estoy sorprendido para nada por su cambio de suerte. La fortuna tiene la forma de una esfera, y por lo tanto, casi no necesito agregar, no siempre cae sobre la gente mejor o más noble ------- En cuanto a Ries, a quien mando cordiales saludos, te escribiré más largamente acerca de su hijo, aunque creo que el podría hacer fortuna más fácilmente en Paris que en Viena. Viena esta inundada de músicos y por lo tanto hasta los más merecedores, encuentran difícil sobrevivir ---- De cualquier modo, en el otoño o el invierno, cuando la gente vuelva a la ciudad, veré qué puedo hacer por él ----- Todos mis mejores deseos, amable, leal Wegeler; que queda seguro del afecto y amistad de tu

Beethoven

(1) Se refiere naturalmente a la Familia Breuning.
(2) Probablemente Johann P Frank, Director del Hospital General y Profesor de la Universidad de Viena.
(3) Gerhard Vering, distinguido cirujano en Viena, su hija Julie, fue la primera esposa de Stephan Breuning pero murió al año de casada. Beethoven le dedicó la versión para piano del Op.61
(4) Es evidente que gran parte de la queja acerca de su salud, y los detalles mencionados, están directamente relacionados con la realidad de que Wegeler era médico, y seguramente Beethoven esperaba también alguna opinión acerca de los malestares que lo aquejaban. Por eso propone la correspondencia de Wegeler con Vering.
(5) Se habla aquí del retrato al óleo de su abuelo, el primer Ludwig van Beethoven (1712/1773) pintado por Radoux, Pintor de la Corte en Bonn. La idea es “intercambiarlo” por el grabado de Johann Neidl, realizado sobre un dibujo de Stainhauser.
(6) La Sra. von Breuning, solía decir a Beethoven que este se encontraba en un “raptus” cuando se lo veía distraído, perdido en si mismo y su música. Frau von Breuning fue una beneficiosa influencia en la adolescencia del compositor.

Notas del Traductor:

El doctor Wegeler, fue uno de los primeros amigos de Beethoven en Bonn. Unos años mayor que éste, fue quien lo introdujo en la amistad de la familia Breuning, que tan beneficiosa resultara para el joven músico, en su primera adolescencia. Los miembros de esta familia se contaron siempre como los amigos más fieles y antiguos de Beethoven, esto dicho por el mismo. El Dr. Wegeler contrajo matrimonio con Leonore von Breuning (Lorchen) en 1802, y ambos mantuvieron correspondencia con el compositor hasta días antes de su muerte. 
No sabemos cual es el dolor que esta sufriendo Wegeler al que hace mención Beethoven en esta carta.
***
Las así llamadas cartas a la “Amada Inmortal” representan una incontrolada explosión de sentimientos apasionados dirigidos hacia una mujer desconocida. Siempre, desde el descubrimiento de la misma descrito mas arriba, la identidad de la Amada Inmortal, ha sido la causa de enorme especulación. De forma crucial, datos como el año, el lugar de composición y el nombre de la persona a la que estaba dirigida, todos faltan de la carta, aunque la fecha afortunadamente fue suministrada por Beethoven.
Por estos datos faltantes, no ha sido posible identificar sin duda a la destinataria de la carta.

6 de julio por la mañana. 
Mi ángel, mi todo, mi ser mismo. Hoy sólo unas palabras y escribo con lápiz [el tuyo]. Sólo mañana determinaré definitivamente mi alojamiento, qué inútil pérdida de tiempo. ¿Por qué este dolor tan profundo cuando se impone la necesidad? Acaso nuestro amor no puede perdurar como no sea a través del sacrificio, de modo que cada uno no lo exija del otro; acaso puedes modificar el hecho de que no eres totalmente mía, y yo no soy totalmente tuyo.

¡Oh, Dios mío, contempla las bellezas de la naturaleza y reconforta tu corazón con lo que debe ser! El amor lo exige todo y es muy justo que así sea, esa es mi actitud hacia ti y la tuya hacia mí. Pero tú olvidas muy fácilmente que debo vivir para mí y para ti; si estuviéramos totalmente unidos sentirías del dolor tan poco como yo. […]

Seguramente nos veremos pronto: más aún, hoy no puedo compartir contigo los pensamientos que tuve los últimos días en relación con mi propia vida. Si nuestros corazones estuviesen siempre unidos, no concebiría tales pensamientos. Mi corazón desborda con tantas cosas que necesito decirte. ¡Ah!  Hay momentos en que siento que el lenguaje de nada sirve. Anímate, continúa siento mi auténtico y único tesoro, mi todo, como yo lo soy tuyo. Los dioses deben depararnos lo que merecemos.

Tu fiel Ludwig”.

“Lunes 6 de julio, por la noche.

Estás sufriendo, mi amadísima criatura –sólo ahora supe que es necesario despachar las cartas muy temprano la mañana de los lunes y los jueves, los únicos días que la diligencia del correo sale de aquí. Estás sufriendo. ¡Ah, donde quiera que estoy estás conmigo. […]

La humildad del hombre hacia el hombre me agobia y cuando considero mi propia persona en relación con el universo, lo que soy y lo que es Él, el mismo al que llamamos el más grande, y todavía, aquí está lo divino del hombre. […]

Tanto como me amas te amo. Buenas noches. Como estoy tomando los baños debo ir a acostarme. ¡Oh, Dios mío! ¡Tan cerca! ¡Tan lejos! ¿Acaso nuestro amor no es de verdad una estructura celestial, y también tan firme como la bóveda del cielo?.”

Buenos días, el 7 de julio.

Aunque estoy acostado, mis pensamientos van hacia a ti mi Amada Inmortal, a veces alegres y otras esperando saber si el destino no oirá o no. Puedo vivir totalmente solo contigo o no viviré. Si, estoy decidido a vagar tanto tiempo lejos de ti hasta que pueda volar a tus brazos y decir que me siento realmente sereno contigo.

Tú debes dominarte tanto más cuanto que conoces la fidelidad que te profeso. Nadie puede poseer jamás mi corazón, nunca, nunca. ¡Oh, Dios mío, por qué uno tiene que separarse del ser y sin embargo, mi vida en Viena es ahora muy desgraciada. Tu amor me convierte en el más feliz y al mismo tiempo en el más desgraciado. A mi edad necesito una vida tranquila y serena. […] Serénate, sólo mediante la tranquila consideración de nuestra existencia podremos realizar nuestro propósito de vivir unidos.

Ten calma, ámame, hoy, ayer, qué doloroso anhelo de ti, mi vida, mi todo. Adiós. ¡Oh, continúa amándome, nunca juzgues mal el más fiel corazón de tu amado.

Siempre tuyo, 
Siempre mía, 
Siempre nuestro.

L.”

***
Carta que escribió Beethoven a Emilia, una niña de 8 años, que había escrito en secreto al genio para decirle que su música la hacía feliz. Con la carta, también le envió una cartera, que ella misma había hecho.

Toeplitz, 17 de Julio de 1812.

¡Mi querida y buena Emilia, mi querida Emilia!:

Mi respuesta a tu carta llega tarde; un cúmulo de ocupaciones y mi persistente indisposición me excusan. Mi presencia aquí para el restablecimiento de mi salud prueba la veracidad de mis excusas. -No arranques a Haendel, Haydn y Mozart su corona de laurel; les pertenece a ellos y no a mí todavía-. Guardo tu billetera entre otras señales de la estima que me han demostrado otras personas, y que todavía no merezco.

Continúa, no ejercites tan sólo tu arte, sino penetra en su intimidad; él lo merece, pues sólo el arte y la ciencia elevan al hombre hasta la divinidad. Si alguna vez deseas alguna cosa, mi querida Emilia, escríbeme con toda confianza. El verdadero artista no tiene orgullo; bien sabe que el arte no tiene límites; siente oscuramente hasta qué punto está alejado de su objetivo, y mientras otros, puede ser, le admiran, deplora no haber llegado todavía ahí donde su genio mejor brilla para él como un sol lejano.

Posiblemente iría gustoso a tu casa, con los tuyos, que a las casas de muchos ricos en las que se adivina la pobreza de su espíritu. Si voy alguna vez a Hamburgo, iré a tu casa con los tuyos. No reconozco en ningún hombre otro signo de superioridad más que la bondad. -Ahí donde la encuentro, ahí está mi hogar-.

Si quieres escribirme, querida Emilia, dirige tu carta aquí, donde pasaré algunas semanas todavía, o bien a Viena; es lo mismo. Considérame como tu amigo y el de tu familia.

Ludwig van Beethoven

Traducción de Virginia Behars

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char