domingo, 24 de junio de 2012

Como golpeando a una puerta

Tomada de poetasaltuntun
ALICIA B. PASTORE
(Buenos Aires, Argentina, 1949)

Costado oscuro

Y qué con éste
costado oscuro
que me crece y crece

zarpó
en un barco negro
no sé de dónde,
cargaba sangre
de otras guerras
tan negras como éstas

habían rodado
las cabezas y algún circo,
un payaso murió
con los ojitos
en cruz
y ya no pudo
el gesto contar
la historia

me lo dijeron
los salvados
para siempre,
los restos de piel
y mugre,
que viajan
en las cañerías de una
ciudad moderna

lo repito yo
y me pregunto
qué hacer con éste
costado oscuro
que me crece
y crece.
***
VIDA ÚTIL DE LAS PIERNAS

entre las piernas
lienzo rojo
ah, mujer/ diosa de la
preservación/especie

separarlas
en el empalme,
el aluvión,
el vértigo

las piernas de bailar
en los estribos,
otro cuello en el
espéculo: un espejo
que no me puedo ver

allá en la danza
un traspié en puntas
y en puntas nunca más

piernas separadas
y a pujar
dijo la partera
llegó
la recompensa

calendario hostil
merma pierna merma
fortalecer rodillas
nos/arrodillar/nos

mácula roja
nuevamente
pero en otra tela:
separar
dijo el cirujano
las piernas rojas
a salvo por ésta vez,,,

a descansar piernas
prescriben, dicen, ordenan
un peldaño más abajo,
más abajo,
más abajo
a descansar.
***
parto

ya hice mi trabajo
de parto 
y fue hace tanto...

ahora mis huesos
no ceden el paso,
vuelan pulverizados
para caer siempre
en el alquitrán del asfalto,

flojos los
 tejidos


el útero somnoliento

y este jadeo desesperado
que agita el fuelle
como golpeando
a una puerta,
a veces,,,

1 comentario:

mario dijo...

muy merecido este espacio para entrarle con ganas a la poesía de Alicia Pastore,

Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char