Créd.: Irene Gruss |
(Italia, 1908-1950)
EL PARAÍSO SOBRE LOS TECHOS
Será un día tranquilo, de luz fría
como el sol al nacer o al morir, y el vidrio
cerrará fuera del cielo la luz sucia.
Se despierta una mañana, de una vez para siempre
en la tibieza del último sueño: la sombra
será como la tibieza. Colmará la habitación
a través del ventanal un cielo más grande.
Desde la escalera subida un día para siempre
no llegarán más voces ni rostros muertos.
No será necesario abandonar el lecho.
Solo el alba entrará en el cuarto vacío.
Bastará la ventana para vestir toda cosa
de una claridad tranquila, casi luz.
Posará una sombra descarnada sobre el rostro.
Los recuerdos serán grumos de sombra
aplastados como viejas brasas
en el sendero. El recuerdo será la llama
que aún ayer mordía en los apagados ojos.
Versión de C. Viola Soto
1 comentario:
Hermosísimo poema...Abrazo.
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