martes, 23 de septiembre de 2014

Están construyendo mi barco

CARVER


Mi barco 

Están construyendo mi barco. En este momento está saliendo
del astillero. Reservé un lugar especial
allá abajo, en el embarcadero. Tendrá mucho
espacio mi barco
para todos mis amigos: Richard, Bill, Chuck, Toby, Jim, Hayden,
Gary, George, Harold, Don, Dick, Scott, Geoffrey, Jack,
Pay, Jay, Morris, y Alfredo. ¡Todos mis amigos!
Ellos saben quiénes son.
Tess, por supuesto. No iría a ningún lado sin ella.
Y Kristina, Merry, Catherine, Diane, Sally, Annick, Pat, Judith, Susie, Lynne, Annie, Jane, Mona.
¡Doug y Amy! Ellas son de la familia, pero también son mis amigas
y les gusta pasarla bien. En mi barco hay lugar
para todos. ¡Hablo en serio!
A bordo habrá lugar para los cuentos de cada uno.
Los míos, pero también los de mis amigos.
Cuentos cortos, y los que no terminan nunca. Los verdaderos
y los inventados. Los terminados, y los que todavía estoy escribiendo.
¡También poemas! Poemas líricos, y los otros más largos, relatos oscuros.
Para mis amigos pintores, habrá pintura y telas a bordo
de mi barco.
Habrá pollo frito, comida para el almuerzo, quesos, bollos, pan francés.
Todo lo bueno que nos gusta a mis amigos y a mí.
Y una gran cesta de fruta, por si alguien quiere fruta.
Por si alguien quiere contar que comió una manzana,
o algunas uvas, en mi barco. Todo lo que quieran
mis amigos,
cualquier cosa, allí tendremos de todo. Gaseosas de todo tipo.
Cerveza y vino, claro. Cada uno tendrá lo que quiera, en mi barco.
Saldremos por el puerto bajo el sol, y nos divertiremos, esa es la idea.
Sólo pasar un buen rato por ahí. No pensar
en esto o aquello, o adelantarse o quedar atrás.
Cañas de pescar por si alguno quiere pescar. ¡Hay pique por allá afuera!
Hasta podemos navegar un poco bordeando la costa, en mi barco.
Pero nada peligroso, nada demasiado difícil.
La idea es sólo divertirnos y no
asustarnos.
Comeremos y beberemos y reiremos mucho, en mi barco.
Siempre quise hacer un viaje así,
con mis amigos, en mi barco. Si queremos,
escucharemos a Schumann en la CBC.
Pero si eso no va, no importa,
cambiamos a la KRAB, The Who, y los Rolling Stones.
¡Todo lo que haga felices a mis amigos! Tal vez todos
tengan su propia radio, en mi barco. De todos modos,
vamos a pasarla muy bien. Todos van a
divertirse,
y a hacer lo que tengan ganas, en mi barco.

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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char